Opinión

Culpabilidad y responsabilidad

Juan E. Daroqui /ECONOMISTA

Estaba yo preparando una lasaña a la boloñesa, y mientras le daba vueltas en la sartén a la cebolla, la carlota, la carne picada y el tomate triturado, también le daba vueltas, pero en la cabeza, a los conceptos de culpabilidad y responsabilidad.

No sé si hay diferencia jurídica entre culpabilidad y responsabilidad, supongo que sí porque no es lo mismo, y sería bueno que los responsables de la cosa pública lo tengan claro (si algún amable letrado quiere explicar las diferencias puede hacerlo en los comentarios a la columna).

Porque es de agradecer que alguien quiera hacer bien las cosas, y cuando se hacen bien, cuando los dirigentes son responsables, todo el mundo lo aprecia. ¡Hasta la oposición!.

La ministra de defensa, la del finiquito en diferido, lo ha hecho, de momento, muy bien, asumiendo el dictamen del Consejo de Estado sobre el accidente del Yak 42, reuniéndose con las familias de las víctimas y pidiendo perdón por los errores cometidos. Y asegurando que se van a buscar los documentos desaparecidos para intentar esclarecer qué pasó. Supongo que, tantos años después, no lo conseguirá pero es lo mínimo que un responsable debería hacer.

La ministra ha mantenido la dignidad del cargo, no como el responsable en el momento del accidente que la tiró entonces por la borda además con una actitud de desprecio y chulería. Puede que no fuera el culpable del desastre, pero era el responsable de que todo hubiera ido bien, y entonces, debería haber asumido su responsabilidad y haberse ido. Y desde luego, debería haber dado un trato mucho más humano a los familiares de las víctimas.

Y si esa persona, el mismo día que se conoció el dictamen del Consejo de Estado hubiera dimitido del cargo que ostentaba, hubiera podido recuperar un mínimo de su dignidad perdida. Pero ni de eso fue capaz.

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Se ve que hay quien considera que asumir los errores es signo de debilidad en lugar de darse cuenta que es un deber inherente al cargo. Y mira que ha habido ejemplos para que hayan aprendido.

Dos, uno de cada partido gobernante: En 1994 Antoni Asunción (PSOE) dimitió, tras unos cinco meses en el cargo, porque se había fugado Luis Roldán. Supongo que no sería culpa del ministro que ese elemento se fugara, pero asumió su responsabilidad y se fue. Creo recordar que no hubo nadie que lo criticara por ello, más quedó como un acto que demostraba la dignidad del político. También Manuel Pimentel (PP), en el año 2000, dimitió como ministro de Trabajo y Asuntos Sociales tras conocerse que la esposa del hasta entonces director general de Migraciones era propietaria de una empresa de formación que obtuvo fondos públicos.

También tenemos ejemplos de cómo no se debe dimitir, sin ir más lejos el exministro Soria nos dejó una muestra clara de cómo no hay que hacerlo, intentando salvarse con explicaciones absurdas hasta que fue obligado a irse. Dimitir porque te obligan no es lo mismo que dimitir por responsabilidad.

Y luego está lo del accidente del metro de Valencia, el del Talgo en Angrois o el naufragio del Prestige, ni una dimisión ni ninguna asunción de responsabilidad.

¿Cuándo aprenderán algunos?.

@Rutiguer_JED

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