La Fallara Mayor, María Estela y su corte de honor, la alcaldesa María José Catalá y el president Carlos Mazón, asitieron a una larga crema de la falla municipal
Valencia, miércoles 20. 03. 24
A. CASAÑ
Todas las fallas de Valencia, las infantiles primero y las grandes después, que durante los últimos días han hecho las delicias de turistas y falleros con sus críticas de su típica sátira, desaparecieron anoche bajo las llamas y entre las lágrimas de todos los falleros que esperan ya ansiosos la llegada de las Fallas del año que viene.
Entre ellas, el monumento municipal de la plaza del Ayuntamiento, al que desde el balcón del consistorio, asistieron junto a la fallera mayor María Estela Arlandis, la alcaldesa de Valencia, María José Catalá y el president de la Generalitat, Carlos Mazón.
Antes también ardió la falla municipal infantil, obra un año más del tándem Sanabria-Ceballos y que, a modo de un libro desplegable en 3D, plantea con diseño de Marina Puche cómo ‘Leer en verde’, un guiño también a la Capitalidad Verde Europea de 2024, todo ello ante las lágrimas de la fallera mayor infantil, Marina García, y su corte de honor, que vieron cómo desaparecía el monumento infantil.
Y asimismo, las 22 horas, el ritual del fuego se terminó con las fallas grandes para, a partir de las22.30, devorar ‘Cambio climático’, el monumento de la comisión Monestir de Poblet-Aparicio Albiñana (más conocida como L’Antiga de Campanar, realizada por el joven debutante Josué Beitía con un coste de 170.000 euros.
A las 23.00 horas y ordenada por la fallera mayor, María Estela Arlandis, el monumento ‘Dos palomas, una rama’, la falla municipal obra de Pere Baenas y el artista urbano Escif, también fue objeto de las llamas.
A falta de cifras definitivas, se espera que las fiestas josefinas de este año dejen números de récord, tanto turísticas y hosteleras como de participación fallera.
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