«Van a hacer un daño terrible». Los biólogos calculan que son unos 28.000 ejemplares, el doble que el año pasado y se preparan además para nidificar
Valencia, miércoles 27. 12. 23
A. CASAÑ
La colonia de flamencos comunes en la zona de reserva del Racó de l’Olla del Parc Natural de l’Albufera, tiñendo así este espacio de su particular color rosado y dejando una de las vistas panorámicas más excepcionales de la Comunitat Valenciana. El problema lo denuncian ahora los agricultores del arroz.
Los flamencos (Phoenicopterus roseus) han proliferado de tal manera que la preocupación entre los arroceros va en aumento. Especialmente ahora que los expertos han confirmado que los ejemplares del Racó de l’Olla se preparan para la nidificación, algo que ocurrió por primera vez el año anterior en este enclave de l’Albufera. Entonces llegaron a nacer unos 5.000 polluelos.
De unos 12.000 ejemplares el invierno pasado a cerca de 28.000. Por eso, a pesar del atractivo para miles de visitantes por contemplar el espectáculo de las aves, desde AVA-Asaja lanzan un mensaje de alerta. “Estamos asustados, si no se toman medidas antes de la próxima campaña del arroz, los flamencos nos van a hacer un daño terrible”. Así lo explica el responsable de la sectorial del arroz de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), José Pascual Fortea.
La organización agraria recuerda que las bandadas de flamencos ya ocasionaron daños en las cosechas anteriores, a las que suman «los perjuicios que ya venían provocando los patos». «La cría y multiplicación de ejemplares en el paraje amenazan con incrementar las pérdidas en el sector», explican.
Recolección pobre
«En primavera los flamencos pisotean los campos recién sembrados con tal virulencia que los agricultores no sólo pierden esas plantas sino que, en muchos casos, no resiembran porque no vale la pena, ya que la producción recolectada en la siega resulta tan exigua que no compensa los costes de producción», insisten desde AVA-ASAJA.
La organización reclama a las administraciones que tomen cartas en el asunto como ya hicieran la última campaña. Fortea advierte de que “o las administraciones reducen la población de flamencos a unos niveles razonables que permitan compatibilizarla con la actividad arrocera o establecen una línea de compensaciones con una suficiente cuantía económica para cubrir los daños totales en el cultivo». «La situación es muy preocupante y quedarse de brazos cruzados no es una opción si queremos seguir produciendo arroz, un cultivo que contribuye de manera decisiva al mantenimiento del parque natural”, subraya.
Por su parte, el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, concluye que “la sociedad está muy contenta de que haya miles y miles de flamencos en nuestro territorio, pero ha de saber que eso tiene unas consecuencias en los campos de cultivo, que es donde van a comer. En aquellos arrozales que los flamencos invaden, los agricultores posiblemente pierden toda la cosecha de un año, lo que supone una auténtica ruina».
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