El requisito lingüístico pasará a ser mérito para los funcionarios y los escolares lo tendrán garantizado al terminar sus estudios con un certificado homologado
Valencia, miércoles 15. 11. 23
A. CASAÑ
El Gobierno autonómico de Carlos Mazón implantará el distrito único con el objetivo -entre otros- de que en cada hogar puedan decidir por la enseñanza en castellano o en valenciano (al optar por uno u otro centro), una reivindicación de un amplio sector de la población desde que en las dos anteriores legislaturas del tripartito del socialista Ximo Puig con Compromís y Unides Podemos se haya impuesto un idioma en muchas situaciones.
«La apuesta de la conselleria de Educación, Universidades y Universidades sobre libertad educativa tiene un doble enfoque», han señalado fuentes de este departamento dirigido por José Antonio Rovira.
Los padres eligen
Ante todo, se quiere garantizar con esta primera novedad «la libertad de elección de centros para que las familias elijan el modelo educativo que quieren para sus hijos» y están trabajando en el diseño de ese distrito único, con la previsión de que entre en vigor en el próximo curso 2024-25, de forma que tiene que estar listo antes del proceso de admisión de alumnos que se inicia el próximo mes de abril.
La otra vertiente legal que va a cambiar sustancialmente en esta nueva política en la enseñanza -desvinculada del idioma- se sustenta en la Ley de Plurilingüismo, que tanta polémica ha suscitado desde su llegada de la mano del exconseller Vicent Marzà (Compromís).
«Hay que tener en cuenta la realidad de la Comunitat Valenciana, donde conviven zonas castellanohablantes y valencianohablantes: no hay valencianos de primera y de segunda», han subrayado desde la Conselleria.
Tal como se había comprometido Rovira, en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de la Generalitat de 2024, «se pone fin a un sistema que era ilógico y en el que los alumnos de zonas exentas asistían a la clase de valenciano, pero no se examinaban de la asignatura y en cambio estaban obligados a recibir al menos una materia troncal en valenciano, como Matemáticas o Historia», han abundado las mismas fuentes, para concluir que «no es coherente» esta paradoja en las aulas.
Además, este primer paso en esas áreas sólo son la reforma «inicial», ya que la Conselleria trabaja ya en el desarrollo de una nueva Ley de Plurilingüismo, transformada en profundidad.
Sin sesgo ideológico
Igual que con el distrito único, en esta otra normativa las familias determinarán si sus hijos aprenden en valenciano o castellano como lengua vehicular, «la verdadera libertad de elección», por lo que «se ha acabado el tiempo en que la Administración imponía cómo debían estudiar los alumnos de la Comunitat Valenciana».
Esta nueva dinámica no va a entrañar un retroceso en el conocimiento de ninguna de las dos lenguas, como se argumenta con frecuencia desde las posiciones nacionalistas y algunos sindicatos, que ven atacado a uno de los dos idiomas si no hay «inmersión lingüística», en la práctica, sustitución de una por la otra.
«Se fomentará el estudio del valenciano, que es lengua cooficial en la Comunitat, incentivando que los alumnos puedan obtener un certificado de valenciano al acabar los estudios que en el día de mañana les cuente como mérito (que no requisito) si quieren optar a un trabajo en la Administración pública», aseguran las mismas fuentes del Gobierno autonómico, sobre otro frente de controversias para los funcionarios.
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