Impone la desaparición de la superficie de campos de fútbol y resto de instalaciones deportivas por ser un gran contaminante.
Lunes, 16. 10. 23
A. CASAÑ
La Unión Europea busca imponer la desaparición del césped artificial por ser un gran contaminante. La decisión de la Comisión sería para el 2030 y afectaría a todas las instalaciones deportivas que hoy en día cuentan con este compuesto como sustituto de la hierba artificial.
En España hay más de 10.000 campos de fútbol con esta superficie que correrían peligro y podrían generar un caos económico a muchos clubes. Europa se ha marcado como tope máximo, para acabar con la hierba artificial, un plazo de ocho años.
Según un estudio de la Universidad de Barcelona (UB), realizado por un grupo de investigadores, arrojó que el césped artificial que se instala en campos deportivos desprende microplásticos que llegan a ríos y mares. «Dos de las fibras de plástico que hemos encontrado son las que coinciden con las tendencias actuales de la producción mundial de hierba artificial y que normalmente flotan en el medio acuático. Esos microplásticos se concentran especialmente en la costa cercana a grandes ciudades», detalló el primer autor del estudio, William P. de Haan.
El estudio, publicado en la revista ‘Environmental Pollution’, propone una guía metodológica para identificar los microplásticos del césped artificial en futuros trabajos, para que se investigue mejor el impacto real de esos materiales sobre el medioambiente.
Aunque los análisis se han hecho en dos zonas concretas de España, el estudio señala que es esperable que otras ciudades puedan aportar también fibras de césped artificial, pero la cantidad que llega al medioambiente puede depender de factores como la tipología, el uso o la antigüedad de campos deportivos, y de las medidas de prevención instaladas para evitar la contaminación.
«Si queremos acabar con la contaminación de plásticos, se deben repensar las instalaciones del plástico verde en superficies públicas, como en patios de escuela, campos deportivos, festivales de música, gimnasios, jardines particulares o terrazas», ha subrayado otra de las autoras del estudio, Anna Sánchez-Vidal.
Cada año, en la Unión Europea se instalan entre 1.200 y 1.400 campos deportivos de césped artificial, un material que simula la hierba natural mediante fibras sintéticas, principalmente de plástico.
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