VICENTE TORRES
02. 10. 23
Se da por hecho que determinados personajes van a actuar de esta manera o de la otra, pero no está tan claro esto, porque Sánchez, hoy por hoy, no tiene el control absoluto de todos.
No sabemos qué cartas tiene cada uno, pero sí vemos cómo las están jugando.
Al Rey no le van a tomar el pelo. Solo firmará lo que no tenga más remedio que firmar porque se ajusta a la legalidad.
Decir que Sánchez sabe, puede ser hiperbólico, pero pongamos que sabe que en el momento en que pierda la presidencia del gobierno, quienes ahora le apoyan van a querer colgarlo, dicho en sentido metafórico, claro. Aceptemos que también sabe que una buena porción de su electorado no acepta la amnistía, ni tampoco el referéndum. Esto lo avala el hecho de que Zapatero va a hacer campaña y lógicamente solo pretende convencer a los socialistas, porque a los demás es imposible.
Los separatistas están intentando enardecer a los suyos, para que se amotinen, para que se lancen a las calles enfurecidos, con el fin de asustar a Sánchez y al Tribunal Constitucional y a los que se les puedan oponer. O sea, que no tienen tan atado a Sánchez como dicen, y eso solo puede ser porque éste no consigue vencer las resistencias, por lo que intenta convencer a los separatistas para que rebajen sus intenciones.
Pumpido es consciente de que todos los juristas del mundo lo observan y que hasta el momento no tienen buena opinión de él y ninguna confianza, y sabe exactamente qué puede hacer con la ley y qué no. Ahora falta ver a quién teme más, a Sánchez, que dentro de un plazo más o menos corto o largo no será nadie, o la opinión de los juristas.
Page mira de reojo a su electorado y espera que alguien haga por él lo que no se atreve, que es frenar a Sánchez.
El PP, con su poder territorial y el Senado, puede poner muchas trabas al gobierno que pretende Sánchez.
Los votantes deben darse cuenta de que si prospera Sánchez la ruina económica es segura, entre otras catástrofes.
Agregar comentario