Se cumplen 232 años del nacimiento del inventor de la primera dinamo, por lo que es considerado el padre de la ingeniería eléctrica
Valencia, viernes 22. 09. 23
ANA MIRALLES
En la vasta galería de figuras ilustradas que han contribuido al avance de la ciencia a lo largo de la historia, pocos brillan con tanta intensidad como Michael Faraday. A pesar de haber vivido en el siglo XIX, su legado sigue influyendo en nuestras vidas cotidianas en el siglo XXI.
Rendimos hoy homenaje a la vida y obra de Faraday, un científico cuyas contribuciones en el campo de la electricidad y el magnetismo revolucionaron el mundo y allanaron el camino para la tecnología moderna.
La juventud de Faraday
Michael Faraday nació el 22 de septiembre de 1791 en Newington Butts, un suburbio de Londres. Provenía de una familia humilde, su padre era un herrero, y las circunstancias económicas de la familia no eran las mejores. A pesar de estas adversidades, Faraday tenía una sed insaciable de conocimiento y una curiosidad innata que lo llevó a una vida dedicada a la ciencia.
Su educación formal fue limitada, y comenzó a trabajar como aprendiz de encuadernador. Sin embargo, su destino cambió cuando tuvo la oportunidad de leer un libro sobre electricidad. Este encuentro casual con la ciencia marcaría el inicio de su extraordinaria carrera.
Aprendiz de Sir Humphry Davy
Tras asistir a algunas conferencias sobre química impartidas por sir Humphry Davy en la Royal Institution, Faraday le pidió que lo aceptara como asistente en su laboratorio. Cuando uno de sus ayudantes dejó el puesto, Davy se lo ofreció a Faraday. Pronto se destacó en el campo de la química, con descubrimientos como el benceno y las primeras reacciones de sustitución orgánica conocidas, en las que obtuvo compuestos clorados de cadena carbonada a partir de etileno.
En esa época, el científico danés Hans Christian Oersted descubrió los campos magnéticos generados por corrientes eléctricas. Basándose en estos experimentos, Faraday logró desarrollar el primer motor eléctrico conocido. En 1831 colaboró con Charles Wheatstone e investigó sobre fenómenos de inducción electromagnética. Observó que un imán en movimiento a través de una bobina induce en ella una corriente eléctrica, lo cual le permitió describir matemáticamente la ley que rige la producción de electricidad por un imán.
Realizó además varios experimentos electroquímicos que le permitieron relacionar de forma directa materia con electricidad. Tras observar cómo se depositan las sales presentes en una cuba electrolítica al pasar una corriente eléctrica a su través, determinó que la cantidad de sustancia depositada es directamente proporcional a la cantidad de corriente circulante, y que, para una cantidad de corriente dada, los distintos pesos de sustancias depositadas están relacionados con sus respectivos equivalentes químicos.
Los descubrimientos de Faraday fueron determinantes en el avance que pronto iban a experimentar los estudios sobre el electromagnetismo. Posteriores aportaciones que resultaron definitivas para el desarrollo de la física, como es el caso de la teoría del campo electromagnético introducida por James Clerk Maxwell, se fundamentaron en la labor pionera que había llevado a cabo Michael Faraday.
El gran descubrimiento de Faraday sucedió en 1831 al comprobar que se puede generar una corriente eléctrica cuando se modifica un campo magnético. Faraday se inspiró en los hallazgos de Oersted en 1820, quien mostró cómo el paso de la corriente eléctrica por un conductor creaba un campo magnético a su alrededor.
Ley de Faraday
La masa de una carga eléctrica depositada en un electrodo durante la electrólisis es directamente proporcional a la cantidad de electricidad transferida a este electrodo.
A partir de la redefinición de las unidades del SI ( istema Internacional de Unidades) del año 2019, la carga eléctrica elemental y la constante de Avogadro* fueron definidos como valores exactos, por lo cual la constante de Faraday es también un valor exacto: 96485,3321233100184 C/mol.
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