Se cumplen 22 años del atentado perpetrado por Bin laden y que costó la vida de 3.000 personas
Lunes, 11. 09. 23
A. CASAÑ
Hoy, 11 de septiembre, marca el aniversario de un día que cambió la historia de Estados Unidos y del mundo. Hace más de dos décadas, en 2001, Nueva York presenció uno de los eventos más traumáticos y conmovedores de su historia: los ataques terroristas a las Torres Gemelas del World Trade Center. El tiempo ha pasado, pero el impacto de ese día sigue vivo en la memoria de todos los que lo vivieron.
Todos recordamos dónde estábamos y que hacíamos ese día a las tres de la tarde. El 11 de septiembre de 2001, las Torres Gemelas, dos imponentes rascacielos que simbolizaban el poder económico y la grandeza de Nueva York, fueron atacadas por un grupo de terroristas de Al-Qaeda. Los aviones secuestrados se estrellaron contra las torres, causando la destrucción de ambos edificios en cuestión de horas. La magnitud de la tragedia fue abrumadora, con la pérdida de casi 3,000 vidas y miles de personas heridas.
Hoy, 22 años después, la ciudad de Nueva York y el mundo entero recuerdan y reflexionan sobre ese trágico día. Aunque el panorama urbano de Nueva York ha cambiado con la construcción del One World Trade Center y el Memorial 9/11, las huellas emocionales y psicológicas de los ataques siguen siendo profundas.
El Memorial 9/11, también conocido como el National September 11 Memorial & Museum, es un lugar de conmemoración que ocupa el sitio donde se encontraban las Torres Gemelas. Dos enormes piscinas reflejan donde antes se alzaban los imponentes rascacielos, rodeadas por los nombres de las víctimas inscritos en el bronce. Este lugar sirve como recordatorio constante de la tragedia y como un espacio de reflexión y homenaje.
Cada año, en el aniversario del 11-S, miles de personas se reúnen en el Memorial para rendir homenaje a las víctimas y recordar el espíritu de unidad que surgió en los días posteriores a los ataques. Las familias de las víctimas, supervivientes, rescatistas y personas de todo el mundo se unen para honrar la memoria de aquellos que perdieron la vida y para reafirmar su compromiso con la paz y la solidaridad.
El 11-S no solo dejó una cicatriz en la ciudad de Nueva York, sino que también cambió la forma en que el mundo entiende y aborda el terrorismo y la seguridad nacional. La respuesta de Estados Unidos a los ataques incluyó la Guerra en Afganistán y la creación de nuevas políticas de seguridad, que tuvieron un impacto duradero en la política global.
A medida que el tiempo avanza, es importante recordar el 11-S no solo como un día de tristeza y pérdida, sino como un recordatorio de la resiliencia del pueblo estadounidense y de la humanidad en general. A pesar de la oscuridad de aquel día, emergieron historias de valentía y solidaridad que nos recuerdan que, en tiempos de adversidad, la humanidad puede unirse para superar cualquier obstáculo.
En este aniversario del 11-S, recordemos a las víctimas y honremos su memoria. Recordemos la importancia de la unidad y la paz en un mundo a menudo dividido. A medida que el tiempo avanza, que nunca olvidemos el pasado para construir un futuro mejor y más seguro para todos.
Operación ‘Tridente de Neptuno’: una veintena de Seals y un helicóptero estrellado
Abottabad, la ciudad paquistaní donde hace diez años fue eliminado en una operación de las fuerzas especiales estadounidense Osama bin Laden, el líder de Al Qaeda y el hombre más buscado del planeta, al que Estados Unidos seguía la pista desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Era el lugar donde antaño se levantaba su complejo residencial, compuesto por una vivienda de tres plantas, rodeada por altos muros y no muy lejos de una base militar paquistaní, ahora solo queda un campo abierto y una gran losa de hormigón, único vestigio de su escondite.
Según el exdirector de la CIA, John Brennan, la preparación de la operación militar fue extremadamente arriesgada y estuvo llena de incertidumbres. Los servicios de inteligencia estadounidenses sospechaban de la presencia de bin Laden en la casa, pero no tenían ninguna certeza.
Durante meses siguieron a un mensajero de Al Qaeda, cuyas idas y venidas conducían hasta la vivienda, en la que después detectaron la presencia de un hombre alto, delgado y con barba, que se paseaba con frecuencia. Para la CIA, podía ser bin Laden.
Entre bastidores, en la Casa Blanca, algunos comentaban que no había suficientes indicios para lanzar la operación militar, para otros era demasiado arriesgada. Pese a las dudas, el 29 de abril de 2011, el presidente estadounidense, Barack Obama, dio luz verde a la misión comando, que fue bautizada con el nombre de ‘Tridente de Neptuno’.
La medianoche en la que Barack Obama anunció la muerte de bin Laden
En la noche del 1 al 2 de mayo, dos aviones despegaron de Afganistán en dirección al norte de Pakistán, con 23 miembros de una unidad de fuerzas especiales, los Navy Seals.
Llegaron a Abotabbad a bordo de helicópteros. Uno de ellos, que debía dejar a uno de los dos grupos de asalto en el techo de la vivienda, se desestabilizó, golpeó un muro del complejo y se estrelló. No hubo víctimas y la misión siguió adelante.
Otro helicóptero dejó un segundo grupo de Seals en el exterior del complejo, para asegurar los alrededores.
La operación fue seguida en directo en la Sala de Crisis de la Casa Blanca, donde se vivieron momentos de gran tensión, inmortalizados en una foto. Veinte minutos después, el comando corroboró la muerte de Osama bin Laden.
Poco antes de la medianoche en Washington, Barack Obama anunció al mundo la muerte del líder de Al Qaeda.
Sus restos fueron trasladados a una base donde fueron identificados gracias a técnicas de reconocimiento facial y al ADN. Después, un portaaviones arrojó el cuerpo de bin Laden en algún lugar del Mar de Arabia, sin dejar rastro, para evitar que su tumba pudiera convertirse en santuario para sus seguidores.
Agregar comentario