La población de Talat N’Yaaqoub, a 25 kilómetros del epicentro, ha quedado totalmente destruida y sus habitantes llenan las calles día y noche
Lunes, 11. 09. 23
A. CASAÑ
España esperaba la señal. El terremoto sacudió el país vecino a las 23:10 hora local del pasado viernes (una hora más que en España) y pese a ello, el sábado por la tarde Marruecos no había cursado todavía la petición de ayuda . «De momento, no han pedido ni aceptado ayuda de España ni del mecanismo europeo. Estamos en prealerta por si a caso«, comentaban fuentes de emergencias.
Unas cuantas horas después, finalmente se pusieron en marcha. La Unidad especial de emergencia y respuesta inmediata para dar respuesta a catástrofes en cualquier país del mundo de la Comunidad de Madrid (Ericam) se activó. Han estado en Haití en 2010; en Lorca en 2011; en los incendios de Portugal en 2017 y en Canadá y en el terremoto de Turquía de este año, solo por contar algunas de las peores actuaciones.
Hoy tocó Marruecos. Este equipo de bomberos voluntarios altamente especializados es parte del Grupo Asesor Internacional de Operaciones de Búsqueda y Rescate (INSARAG) que fue establecido en 1991 por la ONU y de él forma parte también la Unidad Militar de Emergencias (UME).
El Ericam partió a las 16:00 de este domingo de la base de Torrejón de Ardoz con un airbus del Ejército. Tardaron horas en llegar a destino. Se desplazaron en vehículos del ejército marroquí un total de 30 bomberos, personal del Summa y los perros de rescate rumbo a Talat N’Yaaqoub.
Se trata de una población pequeña,de unos 7000 habitantes, con edificaciones humildes, casas en su mayoría de adobe, ladrillo y estructuras sencillas, generalmente de una o dos plantas de altura. La UME, que también se dirigía al mismo lugar, se quedó bloqueada debido al estado de la carretera y tuvieron que hacer noche donde se quedaron. «Hay mucho caos, a la UME le dieron un autobús para llegar y se quedó tirada rumbo al lugar del rescate», explicaba uno de los rescatistas
Las primeras sensaciones ya en la población han sido de desorganización. «Hay mucho caos, la ayuda española ha tardado en llegar por el mal estado de las carreteras y la gente local es la que ha tenido que sacar a los sepultados». En esta zona, este reconocía que «se desconoce el numero real de muertos y heridos».
Pese a que están dedicado todo su esfuerzo en ayudar, reconocía que «las posibilidades de dar con gente con vida disminuye a medida que pasan las horas»
Agregar comentario