SUCESOS

Un crupier se enfrenta a tres años de cárcel por hacer trampas a la ruleta para que ganara su padre

El padre apostaba «a bola caída» y el crupier daba el visto bueno pese a que en este supuesto debe rechazar la apuesta porque la bola ya ha caído en un número concreto tras dejar de dar vueltas. /INFORMA VALENCIA.COM
La prevención del fraude es un aspecto fundamental en la industria de los casinos, donde la integridad de las operaciones y la confianza de los jugadores son prioritarias./INFORMA VALENCIA.COM

La Fiscalía de Alicante estima que el acusado y su pareja, ambos empleados del casino, ayudaron al tercer familiar investigado a ganar cerca de 46.000 euros

Alicante, miércoles 16. 08. 23

REDACCIÓN informaValencia.com

La Fiscalía Provincial de Alicante ha presentado un escrito de acusación en el juzgado contra tres investigados por urdir un plan para estafar al casino de la misma ciudad. En concreto, se trata de un crupier, su pareja -jefa de mesa en el establecimiento- y el padre del primero, quienes habrían obtenido presuntamente un beneficio ilícito de 46.325 euros en premios de la ruleta.

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Según ha adelantado el diario Información la supuesta estafa tuvo lugar entre los meses de febrero y marzo del año pasado en el Casino de Alicante. Como si de una película se tratase, los acusados habrían planificado una técnica para ganar en la ruleta americana que consistía en manipular las fichas de las apuestas colocándolas en la casilla premiada.

De acuerdo con esta información, el establecimiento de juegos de azar se cercioró del engaño y presentó una denuncia contra los dos trabajadores y el padre de uno de ellos. Por ello, el ministerio público pide penas de entre dos y tres años de cárcel y una indemnización al casino.

De esta forma, los días que el crupier trabajaba en el casino, su padre acudía directamente a su mesa, situación totalmente prohibida de acuerdo con el Reglamento de casinos de juego de la Comunidad Valenciana, aprobado por el anterior Gobierno de la Generalitat. Según defiende la Fiscalía, ambos favorecían a que el tercer implicado siempre ganara con ánimo de «alcanzar una ilícita ganancia patrimonial».

¿Cómo era el engaño? El padre apostaba «a bola caída» y el crupier daba el visto bueno pese a que en este supuesto debe rechazar la apuesta porque la bola ya ha caído en un número concreto tras dejar de dar vueltas. No obstante, el ministerio fiscal sostiene que manipulaban las fichas para que pareciera que había ganado colocándolas donde había caído la bola.

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