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Alcaraz avanza en Wimbledon tras derrotar a Muller

Alcaraz se impuso al francés Alexandre Muller, 26 años y nº 84: 6-4, 7-6 (2) y 6-3 en 2h.32'. EUROSPORT
Alcaraz se impuso al francés Alexandre Muller, 26 años y nº 84: 6-4, 7-6 (2) y 6-3 en 2h.32'. EUROSPORT

En un gran partido del murciano, el marcador final registró un 6-4, 7-6 (2) y 6-3 en 2h.32′

Viernes, 07. 07. 23

REDACCIÓN Deportes

Carlos Alcaraz avanza con cada vez más firmeza en Wimbledon y en concreto, en este partido, sumó más errores no forzados (32) que golpes ganadores (40), y ganó en tres sets al francés Alexandre Muller, 26 años y nº 84: 6-4, 7-6 (2) y 6-3 en 2h.32′.  Cumplió el doble objetivo de pasar ronda, lo más importante, y de no gastar excesiva energía porque volverá a la pista este sábado para afrontar la tercera eliminatoria.

Fue un reencuentro feliz con la pista central del escenario londinense, donde firmó su primera victoria ya que el debut se había saldado en los octavos de 2022 con derrota ante el italiano Jannik Sinner.

A favor del número uno mundial, pesando ya en el futuro inmediato, su juventud, 20 años, y que su próximo rival habrá tenido más desgaste y menos tiempos de recuperación que él. Cuando el español finiquitó su segunda ronda, el australiano Jason Kubler y el chileno Nicolás Jarry estaban empatados a un set y afrontando el comienzo del tercero.

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Acabó venciendo Jarry, 27 años y nº 28 ATP, por 7-5, 5-7, 6-3 y 6-4 en 3h.21′. El suramericano cedió este curso ante Alcaraz en las semifinales de la tierra de Río de Janeiro: 6-7 (2), 7-5 y 6-0.

Buenas noticias para Alcaraz, a quien costó navegar entre dos aguas. El retraso acumulado por el torneo debido a la lluvia de las primeras tres jornadas modificó los planes del tenista español: la organización aplazó su encuentro del jueves al viernes, obligando a que además jugase la tercera ronda en sábado, sin descanso.

Preocupaba la confrontación con Muller porque tenía que manejar varios factores. Situación extraña. A Alcaraz, que le gusta no guardarse nada, no le quedaba otra que medir esfuerzos pensando en el hoy y el mañana. Además, cambio de meteorología radical: sol, intenso calor.

Y después de cuarenta y ocho horas de parón, arrancar de nuevo también representa un extra. Más si el oponente, aun viniendo de la tierra batida, disputando sólo su segundo partido de cuadro principal grande en césped, se envalentona y da lo mejor de sí mismo para presentar incluso más oposición de lo que se hubiera esperado. Los triunfos en Challenger, haberse metido en el top-100 ATP, dio alas al galo.

Otra variable que manejar por Alcaraz. Contenido, sin la brillantez de sus días exuberantes, pero sin hacer locuras. Metido en faena, quemando etapas en el partido con paciencia. Un dato que revela cómo cocinó a fuego lento la eliminatoria: seis bolas de rotura en contra, todas salvadas. Saque resguardado.

Un ‘break’ a favor para desequilibrar el set inicial, un arreón definitivo en el ‘tiebreak’ del segundo y cierre en el tercero, fundamental. «Recuperar es lo más difícil en hierba, para nosotros lo mejor siempre es la normalidad. Pero surgió este pequeño imprevisto y hay que aceptarlo», había manifestado Juan Carlos Ferrero sobre el tener que jugar viernes y sábado. Carlos Alcaraz, con la responsabilidad añadida de ser un favorito, por lo que los detalles aún cuenta más que para la mayoría de colegas del cuadro, hizo bien los primeros deberes. El sábado, segunda parte.

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