El jurado declara culpable al acusado del crimen de la calle Conde Altea

El abogado acusado de asesinar a su novia en València, culpable./ARCHIVO INFORMA VALENCIA.COMEl abogado acusado de asesinar a su novia en València, culpable./ARCHIVO INFORMA VALENCIA.COM

La Fiscalía eleva a definitiva la petición de 25 años de prisión por el asesinato de Cristina B.

Valencia, martes 30. 05. 23

A. CASAÑ

El abogado Alberto L. intentó convencer al jurado de que le había atrapado un repentino «pensamiento monstruoso». Que dijese no recordar nada de lo ocurrido en aquella funesta noche del 3 de diciembre de 2021 no le ha valido de nada. Que mostrase un repentino arrepentimiento e intentase lograr el perdón de la familia de Cristina, tampoco. Sin girarse hacia ellos ni mirarles a los ojos. El tribunal popular ha declarado este martes culpable de asesinato por absoluta unanimidad de sus miembros al profesor universitario acusado de matar de una pedrada y de más de 60 puñaladas con hasta tres cuchillos a su pareja en un ático de la calle Conde Altea de Valencia.

El procesado ha escuchado el veredicto sin inmutarse. Sin mover las manos entrelazadas sobre la mesa de la sala de vistas. Casi sin pestañear y mirando al tribunal popular como si la cosa no fuera con él. Entre el público, las lágrimas de los familiares de Cristina han brotado al escuchar la decisión popular. A la salida de la sesión, los abrazos entre ellos en los pasillos de los juzgados por la contundente pena que recibirá el acusado ha sido el consuelo que han tenido tras perder a su ser querido.

El jurado no ha tenido dudas en la lectura del veredicto que ha tenido lugar en la Ciudad de la Justicia de la capital. Su dictamen ha sido contundente. Los ciudadanos que han integrado el tribunal popular han señalado que el procesado acuchilló «de manera despiadada e inhumana» a la víctima. Con planificación y con intención de causarle «un dolor innecesario». La joven no tuvo ocasión alguna de defenderse, víctima de la brutalidad del acusado.

El jurado tampoco se ha creído la supuesta enajenación mental del ahora culpable, quien era irónicamente profesor de Etica en Facultad de Derecho de Valencia. La estrategia de Alberto de haber sido víctima de una locura transitoria que no sabía lo que hacía cuando acabó con la vida de su pareja, ha caído en saco roto. Era plenamente consciente de su crimen. El veredicto descarta que se aplique ni eximente, ni mucho menos atenuante, al procesado por un trastorno mental. Tampoco introducen la posibilidad de que su confesión sirva para rebajarle la pena.

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Es más, el jurado señala a la Audiencia (quien ahora debe dictar sentencia) que no se debe proponer el indulto al Gobierno, una de las posibilidades que recoge la ley. El tribunal popular lo descarta rotundamente en la decisión tomada por los 11 ciudadanos que lo integraban.

La Fiscalía ha mantenido la petición de pena que ha puesto sobre la mesa durante todo el proceso para el acusado: 25 años de cárcel (igual que la acusación particular) por asesinato, ocho más de libertad vigilada y el pago de 90.000 euros de indemnización a la madre y la hermana de la fallecida, de 30 años.

El jurado también contempla en su veredicto (dictaminado tras estar deliberando desde el lunes por la tarde) la agravante de género. La acusación particular, ejercida por la abogada Angela Coquillat, había solicitado que se calificara el crimen como machista, algo que el tribunal popular ha acabado considerando. La defensa, por su parte, ha solicitado tras el veredicto una pena de 17 años y 7 meses, elevando los 10 de privación de libertad que puso el letrado encima de la mesa durante todo el juicio, a la vista del contundente veredicto. El proceso entra ahora en la fase de dictado de sentencia por parte de la Audiencia de Valencia.

El crimen tuvo lugar el 3 de diciembre de 2021 en un ático de la calle Conde Altea, donde la madre de la víctima y un hermano del homicida hallaron el cadáver horas después. Pese a que ante el jurado dijo no recordar nada, el procesado confesó a los forenses que cometió el crimen porque creía que la víctima cortaría la relación por no ser él «demasiado bueno para ella». Llevaban tres meses juntos.

El asesino utilizó tres cuchillos de grandes dimensiones, dos de ellos de 19 y 20 centímetros de hoja, tres piedras y unas tijeras para golpear y acuchillar a la víctima. La Policía Científica encontró las armas blancas en la misma habitación donde Alberto L. cometió el crimen.

La hermana de la víctima, extrañada al no tener noticias de ella, presentó una denuncia en una comisaría de Madrid para que la Policía investigara su desaparición, mientras que un hermano del asesino y la madre de Cristina se desplazaron al domicilio del abogado para preguntarle si sabía dónde estaba su novia. Y fue entonces cuando descubrieron el cadáver en el ático, concretamente en el número 33 de la calle Conde Altea.Horas después, la Policía Nacional detuvo al autor del crimen en el Hospital Doctor Peset, donde se encontraba ingresado por las lesiones que sufrió en sus tobillos al caer por el deslunado del edificio poco después de cometer el crimen.

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