Educacion

Calatayud: ‘Tenemos la obligación de violar la intimidad de nuestros hijos’

El Juez Emilio Calatayud ofreció su ponencia vía ‘on line’ y fue retransmitida, en streaming, a través del canal Youtube del Arzobispado de Valencia./ARCHIVALENCIA
El Juez Emilio Calatayud ofreció su ponencia vía ‘on line’ y fue retransmitida, en streaming, a través del canal Youtube del Arzobispado de Valencia./ARCHIVALENCIA

El Juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, impartió ayer una conferrencia organizada por Pastoral Penintenciaria bajo el título de “Familia, educación y sociedad”

Valencia, jueves 22.- 09. 22

A. CASAÑ

La Pastoral Penitenciaria del Arzobispado de Valencia organizó ayer, miércoles, una conferencia en torno al tema de la prevención de conductas que fue impartida, vía on line, por el Juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, conocido por sus sentencias ejemplares.

La ponencia ha sido una de las actividades programadas esta semana con motivo de la fiesta de la Merced, patrona de los reclusos, voluntarios y funcionarios de prisiones, que se celebra este próximo sábado, 24 de septiembre, destaca Víctor Aguado, responsable de la Pastoral Penitenciaria.

La conferencia de Calatayud estuvo centrada en la aplicación de la actual Ley del Menor y, sobre todo, “en la prevención de conductas”, explicó el magistrado Emilio Calatayud. Bajo el título “Familia, educación y sociedad” la conferencia, según palabras del propio Juez de Menores, estas instituciones «deberían de ser los pilares básicos para que nuestros jóvenes sean los adultos responsables del futuro”.

El magistrado defendió la recuperación de la autoridad de padres y profesores ante los jóvenes y criticó duramente el excesivo uso del teléfono móvil, aparato que definió como «una droga» y «un instrumento para cometer y ser víctima de delitos» y recordó una de sus tesis más polémicas sobre la responsabilidad de sus padres para con sus hijos. «Tenemos la obligación de violar la intimidad de nuestros hijos», argumentó, pues se han obviado los deberes de los menores en sus respectivos hogares.

«Les ruego a los padres que pongan en su nevera el artículo 155, como el de Cataluña, pero en este caso del Código Civil, para que los menores recuerden que su principal obligación es obedecer mientras permanezcan bajo su potestad», indicó.

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Calatayud recordó que sus opiniones son «discutibles» y sus sentencias «apelables», al mismo tiempo que no habla en nombre de los jueces de menores, sino de él mismo: «siempre digo lo que pienso». En este sentido, hizo alusión a su percepción de que «cada día es más complicado ser padre, sobre todo en esta época». «Antes era más sencillo porque te decían a las diez aquí y nadie se atrevía discutirlo. Ahora, hemos pasado de las diez en casa porque lo digo yo a las dos de la mañana porque lo dice mi hijo», subrayó.

«Los padres están actualmente encogidos con sus hijos. Estos tienen que echar una mano en casa, se ha intentado que no sufrieran lo mismo que nosotros y se les ha dado todo diciéndoles ‘pobrecitos’», aseveró el juez. Asimismo, señaló que además de los padres, los centros escolares y las Administraciones públicas también comparten la responsabilidad sobre los actos que cometan los menores. «Los profesores no deben ser colegas de los alumnos, tiene que tener autoridad y por eso están quemados», relató.

El móvil, un peligro

Al respecto, alertó sobre el peligro que suponen los teléfonos móviles en la vida de los niños, un instrumento que definió como «una droga» y un aparato «muy peligroso para cometer hechos delictivos». Calatayud instó a los colegios a prohibir su uso dentro de sus instalaciones y lamentó que se haya convertido en el «regalo estrella de las comuniones, Navidad y Reyes Magos».

Ante esta situación, apuntó que para mantener la seguridad de sus hijos, los padres deben controlar y conocer el contenido que almacenan los menores en sus terminales. «Sí, en este aspecto, los padres tienen la obligación de violar la intimidad de sus hijos. A mí cuando era pequeño me registraban los pantalones y la cartera por si fumaba y si había otro teléfono en casa escuchaban lo que hablaba con mis amigos», comentó.

Sobre esto, añadió que «prefiero defenderme por haber violado la intimidad de mi hijo a que me condenen a 100.000 euros por las tonterías que hace con el móvil», en referencia a las diferentes penas impuestas a progenitores por responsabilidad civil ante delitos cometidos por sus hijos.

Por otro lado, avisó del auge de todo tipo de adicciones, como la ludopatía, y los problemas de salud mental, para los que recomendó recuperar centros donde puedan internar a los enfermos «porque en casa no pueden estar». Además, abogó por recuperar ‘la mili’ para los jóvenes, porque «cuatro o cinco meses vendrían bien para fomentar el compañerismo, el esfuerzo y el trabajo».

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