Luto en el Reino Unido y sorpresa, porque pese a su avanzada edad, gozaba de una salud de hierro
Jueves, 08. 09. 22
A. CASAÑ
La Reina Isabel II ha fallecido este jueves 8 de septiembre en su residencia de Balmoral (Escocia), justamente seis meses después de su marido, el príncipe Felipe de Edimburgo, que murió a los 99 años.
La muerte de la soberana llega prácticamente por sorpresa, porque pese a su avanzada edad, gozaba de una salud de hierro. Esta misma semana, el pasado martes, se la ha podido ver junto a Liz Truus, la sustituta de Boris Johnson tras su dimisión por el escándalo del ‘partygate’. Un encuentro que es ya la última aparición en público de la Reina. Ni siquiera la pandemia de Covid-19 pudo con ella.
La desaparición de Isabel II supone el ascenso al trono de su primogénito, el príncipe Carlos, de 73 años de edad, según informa el Palacio de Buckingham.
The Queen died peacefully at Balmoral this afternoon.
The King and The Queen Consort will remain at Balmoral this evening and will return to London tomorrow. pic.twitter.com/VfxpXro22W
— The Royal Family (@RoyalFamily) September 8, 2022
La Reina llegó al trono en febrero de 1952, tras el fallecimiento de su padre, Jorge VI, que había asumido la corona por la abdicación de su hermano. En todo este tiempo, nunca había dado muestras de seguir la estela de otros monarcas europeos y abdicar en favor de su hijo.
La muerte de su padre la abocó a tomar las riendas de la monarquía con solo 25 años, una noticia de la que se enteró mientras se encontraba de viaje en Kenia. Isabel fue la primera hija de los duques de York, que más tarde se convirtieron en el rey Jorge VI y la reina Isabel, conocida posteriormente como la ‘reina madre’.
En sus 96 años de vida vivió, entre otrosacontecimientos relevantes, el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la disolución del Imperio británico y el consiguiente nacimiento de la Commonwealth, la guerra de las Malvinas, el Brexit, la pandemia de Covid-19… experiencias a las que se suman las de su vida privada, como la muerte de la que fuera su nuera, la princesa Diana o la crisis provocada por su nieto Harry y Meghan Markle con su abandono de la Familia Real y del territorio británico.
En sus últimas apariciones públicas, la soberana aparecía sonriente, contenta, tan elegante como siempre. Pero hace casi un año se encendió la primera señal de alarma: utilizó un bastón para ayudarse a andar. Fue durante la ceremonia del 12 de octubre de 2021 para conmemorar los cien años de historia de la Royal British Legion, en la Abadía de Westminster.
También el viernes 22 de octubre fuentes del palacio de Buckingham confirmaron que la noche del miércoles al jueves de esa misma semana, Isabel II pasó la noche en el hospital King Edward VII, en el centro de Londres, donde «se le realizaron algunas pruebas», y fue dada de alta al día siguiente, cuando regresó al Castillo de Windsor.
Esta fue la primera vez en ocho años que la monarca necesitó acudir a un centro hospitalario, lo que, pese a los llamamientos a la tranquilidad de las fuentes oficiales, acabó siendo el preámbulo de su partida.
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