Presidente del Consell Valencià de Cultura y Premio Príncipe de Asturias, ha fallecido esta madrugada en el hospital Clínico de Valencia a los 99 años
Valencia, jueves 04. 08. 22
A. CASAÑ
El profesor Santiago Grisolía, de 99 años de edad, ha fallecido esta madrugada en el hospital Clínico de Valencia donde estaba ingresado desde hace unos días, tras un empeoramiento de su estado de salud y donde estaba siendo tratado del Covid.
Grisolía fue discípulo del premio Nobel Severo Ochoa. Desarrolló toda su actividad científica e investigadora en Estados Unidos y a finales de los años 70 regresó a España para dirigir, entre otras cosas el Instituto Citológico de Valencia.
Ha publicado más de 400 trabajos científicos, y alrededor de 30 artículos divulgativos, desarrollando, asimismo, una ingente labor docente e investigadora en el transcurso de muchos años en diversos países europeos y de América. Hizo importantes hallazgos sobre la fijación del anhídrido carbónico, así como en el ciclo de la urea. Con casi a un siglo a sus espaldas, aún seguía en activo.
Precisamente la Fundación Princesa de Asturias ha sido de las primeras instituciones en lamentar su fallecimiento. Grisolía fue Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1990, galardón que se le otorgó por junto a Salvador Moncada “por su labor científica en el área de la Bioquímica en campos muy diversos, principalmente en la enzimología del metabolismo del nitrógeno relacionado con el ciclo de la urea y la degradación de las pirimidinas”.
Asimismo, el porfesor Grisolía es reconocido como uno de los precursores de la divulgación científica moderna en España, donce logró elevar a la ciencia y la tecnología a niveles internacionales y, desde sus puestos de responsabilidad supo moverse como ‘pez en el agua’ en círculos políticos, sociales y culturales.
Dilatada trayectoria
Santiago Grisolía nació en Valencia en el año 1923 y estudió Medicina en las Facultades de Madrid y Valencia, siendo uno de los discípulos más brillantes de su tiempo.
En 1945 ganó por concurso una de las diez becas convocadas por el Ministerio de Educación y Ciencia para estudios en el extranjero y, en enero de 1946, comenzó a colaborar con el profesor Severo Ochoa, en EEUU, en los estudios sobre la enzima málica. Posteriormente, pasó a la Universidad de Chicago donde inició el uso de los isótopos marcadores para el estudio de pautas metabólicas, con cuya técnica consiguió demostrar la fijación del CO2 en tejidos animales.
En el año 1948 fue contratado por la Universidad de Wisconsin, donde realizó una contribución decisiva al conocimiento del ciclo metabólico de la urea. En 1954 trabajó en la Universidad de Kansas como Profesor Asociado y Director del Instituto de Investigación Médica, una fundación privada, unida a la Universidad.
En 1959 es nombrado catedrático en Kansas y, en 1962, coincidiendo con su constitución, Director del Departamento de Bioquímica. Allí realizó una labor admirable como maestro y como investigador sobre el ciclo de la urea, degradación de las bases pirimidínicas, glicolisis, etc, aislando las enzimas implicadas, aclarando reacciones y sentando nuevos criterios sobre la naturaleza de la acción enzimática.
En 1974 es nombrado Profesor Distinguido de la Universidad de Kansas. En el año 1976 Grisolía se hizo cargo de la Dirección del Instituto de Investigaciones Citológicas, fundado por la Caja de Ahorros de Valencia, donde ha realizado una extraordinaria labor.
Grisolía es premio Príncipe de Asturias, Doctor Honoris Causa de numerosas Universidades, miembro de las más prestigiosas sociedades científicas, consejero de fundaciones y entidades y Presidente del Comité de Coordinación de la Unesco para el Genoma Humano. Asimismo, ha sido distinguido con las condecoraciones de más prestigio y con diversos cargos honoríficos.
Aunque su faceta más conocida, y que le ocupó su última etapa vital, fue la de precursor primero de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados pero sobre todo los premios Rey Jaume I, los más importantes de ciencia, investigación y emprendimiento en España, y que se entregan todos los otoños en Valencia.
En enero de 2023 habría cumplido 100 años.
Agregar comentario