El alcoyano fue el héroe de su equipo una semana antes en Mallorca
Valencia, lunes 23. 05. 22
MANUEL HUERTA
Lo hemos escuchado tantas veces que la frase ya no es valorada por nadie: «el fútbol es así». Pero ayer, el fútbol, que en efecto, es así de caprichoso, de imprevisible y de grandioso, fue cruel con Jorge Molina cuando en el minuto 70 de partido el fútbolista de Alcoy lanzó fuera un penalti que no era. Drama y justicia a la vez, en un partido histórico para el Granada que en cualquier otro momento hubiera quedado en simple anécdota.
Molina ha tenido una trayectoria de obrero del fútbol, ganándose a base de trabajo, de humildad y seriedad su llegada a la élite. Hace solo siete días, se convetía en el héroe del equipo con una actuación supelativa en Mallorca, que parecía sentenciar la permanencia del Granada en Primera División. Lo normal hubiera sido que Luis Milla fuera el lanzador de la pena máxima de haber estado en el campo. Pero Jorge asumió la responsabilidad, seguro de muchas cosas que le dan la veteranía y la experiencia. Y el balón salió rozando el palo.
Molina es una figura muy querida en el fútbol español, pero nadie el Los Cármenes se lo podía creer. Una afición incrédula de cómo se le escapaba una oportunidad de oro para conseguir el objetivo. Y este deporte no tiene ningún tipo de sentimiento, ni memoria. ni entiende de meritocracia. Pocos minutos después de que Jorge Molina quisiera que se le comiera la tierra, el Cádiz hacía gol en Vitoria y mandaba al Granada a Segunda División.
Antes de todo eso, sus compañeros fueron incapaces de suministrarle algún balón con trazas de poder ser jugado o rematado con garantías. El Granada estuvo bloqueado, a merced del Espanyol durante casi todo el partido y Molina aislado arriba. Pero las estadísticas solo recogerán ese fatídico minuto 7o y obviarán el cambio de entrenador durante la temporada, las lesiones y los arbitrajes nefastos. Molina no se lo merece pero en efecto, el fútbol es así. Fútbol cruel.
Agregar comentario