La ministra Pilar Alegría defiende la «ambiciosa» reforma educativa del Gobierno ante ministros de todo el mundo
Valencia, jueves 12. 05. 22
A. CASAÑ
La Cumbre Internacional sobre la Profesión Docente (ISTP) ha arrancado este jueves en Valencia con una llamada a motivar a las futuras generaciones y a «repensar» el papel de los docentes a partir de las experiencias que dejaron las clases a distancia durante la pandemia, sin centrarse únicamente en las nuevas tecnologías.
El punto de partida del foro, en su duodécima edición tras la última celebrada online en 2020 en Estados Unidos, es cómo pueden los gobiernos y sindicatos docentes anticiparse a los desafíos del futuro y mejorar la equidad del alumnado. Las sesiones giran sobre tres temas: el potencial pedagógico de las tecnologías digitales, los sistemas escolares para lograr comunidades más inclusivas y el papel de la educación para lograr un futuro sostenible.
En la inauguración del evento, que acoge este jueves y viernes el Palau de les Arts, la ministra de Educación, Pilar Alegría, ha hecho hincapié en que «la presencialidad es fundamental» en las aulas, sobre todo en las primeras etapas, y en que «las nuevas formas de enseñanza ensayadas en la pandemia han venido para quedarse».
Eso sí, ha reconocido que la educación a distancia no puede sustituir «las sonrisas entre alumnos y profesores» y que muchos colegios y familias vivieron los confinamientos con dificultades por falta de recursos. Por eso ha reafirmado la «necesidad imperiosa» de diseñar políticas educativas basadas en la equidad.
Como balance, Alegría ha expuesto que todavía se analizan las consecuencias de la pandemia en el ámbito educativo y ha repetido su agradecimiento al «esfuerzo heroico» de los profesores por seguir enseñando a millones de niños confinados. «En España estamos especialmente orgullosos: su compromiso y determinación hizo posible que la reapertura de las escuelas fuera muy rápida», ha proclamado.
El futuro
De cara al futuro ha abogado por potenciar la educación en valores como la convivencia democrática, el cuidado al planeta, la cohesión social y «por supuesto» la igualdad entre mujeres y hombres. Son objetivos que ha garantizado que recoge la «ambiciosa» reforma educativa que impulsa el Gobierno, un proyecto que ha defendido ante los ministros y sindicatos docentes de otros países asistentes al foro.
Tras reconocer que esta reforma ha generado «un acalorado debate político y social», Alegría ha asegurado que recoge muchas recomendaciones de instituciones internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y que el Gobierno quiere «seguir aprendiendo de las mejores prácticas».
Ha resaltado además la «intensa» modernización de la FP y la mejora «sustancial» de la formación de los docentes, tanto en la universidad como a lo largo de su carrera: «el cambio más importante en la profesión en los últimos 40 años». «Solo con un profesorado motivado y bien formado será posible el cambio educativo que nuestro sistema necesita», ha confiado.
Un pacto duradero
Por su parte, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha pedido un gran pacto por la Educación que permita responder, con una mirada duradera, a los desafíos pedagógicos de la sociedad, entre los que ha situado la digitalización y el multilingüismo.
Puig ha manifestado que este congreso es un «buen punto de partida» para un proyecto educativo de carácter global, y en este contexto ha señalado que «urge un gran esfuerzo educativo para capacitar tecnológicamente» a las jóvenes generaciones y ha insistido en la necesidad de que «todas las sociedades confluyan en pactos duraderos por la calidad educativa».
Ximo Puig ha señalado también que, ante la década de oportunidades que se abre en la actualidad, la Educación afronta sus propios retos «con cinco asignaturas pendientes que hay que abordar». Como ha enumerado, «la primera y principal» es «garantizar una educación universal», y a este respecto ha subrayado que «cada día que pasa sin educación universal es un fracaso para la sociedad global».
«La segunda asignatura es consolidar una educación que vertebre las necesidades de todos los territorios», tanto en las grandes ciudades como en las zonas rurales, ha continuado el presidente, que ha situado el tercer reto en la necesidad de «reforzar la docencia multilingüe», con especial atención a las lenguas propias, porque, tal y como ha enfatizado, está demostrado que «aumenta la conciencia lingüística y la destreza para aprender». «Que el ruido interesado o la productividad mal entendida no distorsionen un hecho: con cada lengua que defendemos, estamos preservando todo un universo», ha indicado.
Asimismo, ha remarcado que la cuarta asignatura pendiente es «coser las posibles brechas entre la oferta educativa y las necesidades de los sectores productivos». «Estamos avanzando, especialmente con la FP, pero hay que persistir en esa vía», ha indicado Puig.
Finalmente, ha manifestado que la quinta asignatura pendiente es la digitalización de la docencia. «La pandemia fue un catalizador decisivo para activar y acelerar este proceso; ahora hemos de aprovechar ese poso para consolidar los avances educativos y explotar toda su potencialidad», ha añadido.
Docencia empoderada
En representación de los sindicatos, el secretario general de la federación Education International, David Edwards, ha señalado que a pesar de las crisis globales, «el poder y optimismo inherentes a la educación siempre brindarán esperanza». «La recuperación tras la pandemia solo tendrá lugar si centramos la educación de calidad», ha avisado, además de abogar por una docencia «empoderada» que impulse esa transformación y por una alianza «sólida» con los gobiernos.
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