«Hemos decidido suspender el inicio de nuevas acciones o programas conjuntos con la esperanza de que llegue la paz»
Valencia, martes 15. 03. 22
A. CASAÑ
Las cuatro universidades españolas que forman parte de la Alianza de Universidades Ruso-Españolas (AURE) -Universidad Carlos III de Madrid, Universidad de Oviedo, Universitat Rovira i Virgili y Universidad de Valencia (UV)- han decidido suspender de forma temporal la puesta en marcha de nuevas acciones o programas amparados en dicha alianza.
Así lo señalan en un comunicado en el que explican que la decisión se toma en el marco de las recomendaciones de la Comisión Europea, EUA, CRUE, COSCE y FACME, y en el que, no obstante, subrayan “el papel que las universidades de todo el mundo deben desempeñar como instituciones comprometidas con la paz y la colaboración académica”.
Según explican en el comunicado, “los lazos creados entre universidades son académicos y deben elevarse siempre sobre las coyunturas políticas porque lo que nos inspira y mueve es la vocación compartida de construir desde nuestras aulas, laboratorios y bibliotecas un mundo mejor”.
Así, señalan que las instituciones académicas son ejemplo de progreso social y humano, de convivencia pacífica y de un mutuo entendimiento que trasciende fronteras y conflictos. “Pero no podemos ser ajenos a lo que ocurre en nuestro entorno, no para ahondar en las diferencias y las tensiones sino para encontrar siempre ese espacio de entendimiento y resolución pacífica de los conflictos”, añaden.
La rectora de la UV, Mavi Mestre, también informó de la suspensión de las actividades del Centro Ruso de la UV y de la recepción y envío de estudiantes en el marco de programas de movilidad, incluyendo los de doble titulación, con universidades rusas.
La Universidad de Valencia condena esta «violación del derecho internacional» y apela al «comportamiento fraternal establecido en la Declaración de los Derechos Humanos, así como a la defensa del derecho a la libertad y la seguridad de las personas».
Para Mestre, la invasión «ha desencadenado una crisis humanitaria sin precedentes desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, y nos hace recordar el miedo a la amenaza nuclear de los tiempos más duros de la Guerra Fría, que no han vivido numerosas generaciones de europeos y europeos», afirma la rectora en su informe.
«El gobierno ruso debe entender que su actuación militar, ilegal, criminal, irrespetuosa con las personas, debe tener consecuencias», considera, y señala que la primera es la interrupción de las actividades de cooperación académica de la UV pero «tratando de no perjudicar a las personas en la mayor medida posible».
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