Cada uno, a su manera y estilo, rindieron honor a lo sublime de la creación a partir de la sencillez de los recursos.
Valencia, miércoles 23.02.22
A. CASAÑ
Para esta muestra se han reunido algunos de los excepcionales tapices de gran formato realizados por Anni, incluido el singular ‘Con verticales’, así como la serie abstracta ‘Homenaje al cuadrado’ realizada por Josef a partir de 1950, junto con sus vidrieras, ‘collages’, muebles y obras gráficas. La mayoría de las obras proceden de la Fundación Anni y Josef Albers, además de instituciones como Josef Albers Museum Quadrat, Peggy Guggenheim Collection y particulares que han prestado piezas.
La ambiciosa exposición «Anni y Josef Albers. El arte la vida» conecta la obra de esta pareja de artistas, pionera del arte y el diseño, que experimentó con la percepción del color, cada uno desde su universo artístico, y concibió el arte como fuente de tranquilidad, optimismo y belleza.
Casi 350 obras, algunas de ellas nunca vistas, recorren el trabajo de dos de los grandes artistas del siglo XX, quienes se conocieron en 1922 en la Escuela Bauhaus, contrajeron matrimonio tres años más tarde y emigraron a Estados Unidos en 1933, cuando los nazis cerraron la escuela.
Caminos paralelos
La exposición presenta en orden cronológico un repaso de la vida y obra de Josef Albers (1888-1976), pintor, diseñador y profesor, y Anni Albers (1899-1994), artista textil, grabadora, diseñadora y teórica del arte, a través de varias salas en las que se intercalan las creaciones de ambos.
Y es que, según se ha explicado durante la presentación, aunque ambos desarrollaron su trabajo de forma independiente, la intimidad que desarrollaron, fruto de su estrecha relación, se tradujo a lo largo de sus vidas en un apoyo y estímulo mutuos dentro de un diálogo respetuoso e ininterrumpido.
«Compartieron 51 años de sus vidas y en ese tiempo intercambiaron ideas sobre fondos, materiales y colores», ha destacado la comisaria de la exposición, Julia Garimorth, quien ha señalado que la muestra habla también de la vida cotidiana y de su estrecha relación con la enseñanza.
Junto a los cuadros de Josef y los tapices de Anni pueden contemplarse fotografías de la pareja, correspondencia entre ambos y algunos audiovisuales en los que los dos hablan de su vida y de su trabajo artístico.
Homenaje al cudrado
El recorrido comienza con los años de la Bauhaus, entre 1920 y 1933, donde pueden verse algunos de los muebles diseñados por Josef, y continúa con su traslado a Estados Unidos en 1933, donde fueron invitados a impartir clases en el Black Mountain College, una escuela experimental.
Desde allí, ambos mantuvieron una estrecha relación con el arte y la cultura latinoamericana, basada «en el aprendizaje, no en la apropiación», según el presidente de la Fundación Anni y Josef Albers, Nicholas Fox Weber, presente durante la presentación.
La exposición dedica una sala al «Homenaje al cuadrado», donde puede verse una representación de esta serie que comprende más de dos millares de pinturas y en la que el artista explora la interacción de los colores, entre sí y con el entorno.
Tal y como explica él mismo en uno de los vídeos que puede verse en la exposición, su objetivo no era hacer cuadrados, sino demostrar que cada persona «vemos los colores de forma distinta» dependiendo del contexto y cómo en ello interviene «el aspecto psicológico de la percepción del color».
El arte como belleza
En su labor docente, tanto Josef como Anni insistieron a sus alumnos en la importancia de encontrar y familiarizarse con otras maneras de ver el mundo, con esa idea de «abrir lo ojos», y ambos concebían que en el diseño, lo bello y lo funcional eran «inseparables», al igual que el arte y la vida.
Según Fox Weber, a los Albers no les gustaba que el arte causara «inseguridades» o tratara sobre asuntos que «nos perturbaran psicológicamente», sino que, siendo conscientes de las complejidades de la vida, usaban el arte como fuente de «tranquilidad», de «optimismo» o de «belleza».
Así, ha asegurado que en la actualidad habrían admirado el iPhone de Apple, porque «nos facilita la vida, tiene un buen diseño y cabe en la mano».
La directora del IVAM, Nuria Enguita, ha celebrado que por primera vez pueda verse en España toda la trayectoria de ambos artistas, que son «magníficos representantes del espíritu de la Bauhaus, no solo por haber participado en ella, sino sobre todo por la gran influencia que han ejercido sobre otros artistas».
Esta exposición se integra dentro de la programación de Valencia Capital Mundial del Diseño, y es una de las más importantes de la programación del IVAM, ha destacado la secretaria autonómica de Cultura, Raquel Tamarit.
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