ROSA MURIEL /ASÍ ES LA VIDA
01.10.21
¿Y a quién le amarga un dulce? Hablemos de dulzura.
Que rico nos sabe la dulzura de un helado, un bombón, un pastel, una chuche, un caramelo, una galleta, la mermelada, la miel… el azúcar.
Yo conozco otra clase de dulzura que nos llena el alma y no el paladar, que debe vivir en nosotros, sentirlo, acariciarlo, tocarlo y agarrarlo con fuerza.
La dulzura de una mirada, de una caricia, de un beso, de unas manos, de un abrazo, de unas palabras, de una sonrisa, de un guiño, de un saludo.
La dulzura del corazón, de un te quiero, un te deseo, un te amo. ¿Qué seríamos las personas sin este dulce?
Sé que existen personas agrias y podridas que no saben que es ese sentimiento tan dulce, quizás porque estén llenas de rencor y odio, el corazón vacío y manipulador.
Yo me quedo saboreando ese dulce que llena el alma, con esa mirada, esa acaricia, ese beso, esas manos, ese abrazo, esas palabras, esa sonrisa, ese guiño, ese saludo, esa dulzura del corazón; de ese te quiero, de ese deseo y de ese te amo. No me imagino viviendo sin ellos porque es mi pasión.
Creo que estoy demasiado dulce últimamente, a veces no me entiendo, pero casi prefiero vivir en mi mundo, en este dulce mundo.
Un dulce fin de semana.
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