ANTONIO GIL-TERRÓN PUCHADES
17.09.21
Cuántas veces me pregunto si los sueños sueñan; si sienten; si tienen substancia; o tan solo son fragmentos quebrados y sin dueño que flotan entre sombras, esperando que alguien los haga suyos y al poseerlos les dé alma.
¿Y quién es sueño? ¿Tú…? ¿Yo…? Acaso los dos, y tan solo existimos en la ilusión de quien nos sueña y soñándonos a su locura nos ata; nos da vida y luego al despertar nos la arrebata.
Pero si tú y yo no existimos, cómo es que cada noche nos encontramos, poco antes que despierte el alba.
¿Quién eres tú que vives en mis sueños y cada noche renaces, cuando mis ojos se cierran y las luces se apagan?
Y cierro los ojos, y de nuevo te veo como cada noche, de pie frente al espejo, dándome la espalda. Y te llamo, pero ni una sola sílaba sale de mi garganta; entonces sé que no existo, que nunca he vivido más que en tus sueños…, y es cuando sé que no soy nada, más que un sueño que se resiste a morir cuando llega la madrugada.
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