ROSA MURIEL / ASÍ ES LA VIDA
16.09.21
He aprendido que el sol quema si me expongo demasiado, que incluso algunas buenas personas me han herido alguna vez. He aprendido que hablar puede aliviar los dolores del alma.
Descubrí que lleva años construir confianza, y apenas unos segundos destruirla, y que quizás yo también pueda hacer cosas de las que me arrepienta el resto de mi vida. Que el amor crece y no importa que es lo que yo tenga, sino a quién tenga en mi vida.
Que quién me quiere me busca, me encuentra y se queda, que quién no lo hace tiene la puerta abierta y lista para su partida. Que los buenos amigos son la familia que me he permitido elegir.
Aprendí que no tengo que cambiar de amigos si estoy dispuesta a aceptar que los amigos cambian. Me he dado cuenta de que puedo pasar buenos momentos con mi mejor amiga haciendo cualquier cosa o simplemente nada, solo por el placer de disfrutar de su compañía.
Descubrí que hay personas que se toman a la ligera a las personas que más importan; por eso siempre debemos decir a esa persona que la queremos porque nunca estaremos seguros cuándo será la última vez que la veamos.
Aprendí que las circunstancias y el ambiente que me rodean tienen influencia sobre mí, pero que soy yo la única responsable de lo que hago.
Y hoy me doy cuenta de que mis valores y mi dignidad está por encima de todas las cosas, sea como sea y caiga quien caiga.
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