Talibanes

ANTONIO SILVESTRE / DESDE MI AZOTEA

01.09.21

Giorgi Mamadarshvili, Omar Alderete, Marcos André, Dimitri Foulquier, Hugo Duro y Hélder Costa. Seis incorporaciones, todas ellas del agrado del entrenador Pepe Bordalás, para reformar una plantilla debilitada por las carencias económicas impuestas por las pésimas gestiones del pasado y la crisis pandémica. Peter Lim ha cumplido y posiblemente lo siga haciendo en la ventana de fichajes de enero con Djené y Arambarri, que son las peticiones del entrenador.

A partir de ahora, para conformar un once, cualquier aficionado ya puede tener dudas y eso quiere decir que el equipo ha ganado en solidez, una característica propia del nuevo jefe del banquillo del Valencia. A mi lo que ha pasado en este inicio de temporada me ilusiona, porque ver como se desenvuelven ahora los jugadores sobre el césped me genera tranquilidad, ver como se compite, la ambición, la garra y la voluntad de ganar aunque sea en el tiempo de descuento.

Ahora, a los citados arriba añadimos a Gayá, a Soler, a Cillessen, a Waas, a Paulista, a Guedes, a Maxi Gómez, a un espléndido Thierry Correia, a Cheryshev, a Manu Vallejo. Excepto Gabriel y Manu Vallejo, todos internacionales en este momento. Entre todos conforman un grupo solvente, capacitado para situarse al mismo nivel que cualquier otro equipo de LaLiga. Y con un técnico al frente que sabe perfectamente lo que hace y lo que quiere.

Y pregunto ¿no ha llegado el momento de hablar de fútbol, de unir fuerzas y vender la calidad de esta plantilla, de arropar al equipo, apoyarle y aspirar a disfrutar otra vez con nuestro Valencia? Es lo que queremos la mayoría de aficionados y asi lo refrenda la renovación de pases. Es de lo que se quiere departir en las tertulias de amigos, en la familia y en el bar. Que si juega sotanito o fulanito, de que si la tarjeta era justa o no, de si ganamos a este o a aquel y nos ponemos primeros…

Pero no. Hay un grupo de informadores, talibanes del ordenador o cantamañanas de la radio, que confunden la información objetiva con el conflicto para hacer el mayor daño posible, que pretenden desestabilizar al entrenador y a su equipo, que odian a Lim, a Murthy y a todo lo que huela al máximo accionista y pagador impenitente de la deuda que generaron los anteriores y valencianos gestores del club, que no dicen más que mentiras la mayoría, y medias verdades la minoría que quiere llegar al club como sea para medrar y aprovecharse de cara a sus negocios particulares.

Ya en la primera rueda de prensa, Bordalás les advirtió nerviosos: «les veo muy excitados», les espetó el entrenador. En enero, según uno de estos impertinentes correveidiles, la entidad ya estaba en causa de disolución. Otro decía que se iba a vender a Maxi, a Gayá, a Guedes, a Soler, a Cillessen, si o sí, porque no había otra solución. Otro gritaba -literal- en su alcahofa que no fuera nadie a Mestalla. Pero la realidad les desnuda el rencor. Seis nuevos jugadores, todos ellos de calidad contrastada y con más de una «novia» en este mercado recién cerrado, sin gastarse apenas dinero y manteniendo el bloque más importante de futbolistas. Y haciendo «limpieza» con las salidas de Sobrino, Mangala, Gameiro, Kang in (que recuerdo que en tres temporadas en el primer equipo, para ninguno de los cuatro entrenadores que ha tenido, incluído Voro, ha sido titular), más de 33.000 renovaciones de pases, el equipo colíder en la clasificación y haciendo mejores números en el arranque que el mismísimo Rafa Benítez.

Y estoy convencido que todos estos se cabrean con cada triunfo del Valencia. Estoy seguro que quieren que perdamos en El Sadar o que el Madrid nos meta 6 en Mestalla. Solo quieren lo peor para el Valencia porque se les terminó el chollo de las filtraciones del whatssap de Marcelino y las comidas de Alemany, no rascan ni bola de la actualidad del club y están dispuestos a cargarse al Valencia como sea. Cuando no son amenazas de denuncias, inventan grupos de empresarios, fondos de inversión o mesías de la salvación que van a comprarle la mayoría accionarial a Lim, eso sí, sin poner el dinero encima de la mesa. Así llevan ya dos años. Odian al actual Valencia Club de Fútbol y así lo transmiten en todos los foros que pueden, foros que desean por otra parte desahecerse del único equipo que de siempre ha sido capaz de mojar la oreja de sus equipo favoritos.

Yo estoy muy ilusionado con este Valencia de Bordalás -el mejor fichaje de todos-, me gusta la confección de plantilla que se ha completado ahora y que, a buen seguro, se acabará de completar en enero. Se que vamos a intentar ganar en cualquier campo, que se acabó aquel equipo ‘meninfot’ de temporadas anteriores por falta de dirección desde el banquillo y que, con la calidad del grupo y la ambición del técnico, vamos a estar luchando por Europa. Este año a Peter Lim solo le podrán acusar de no resolver los problemas que generaron otros, pero no de confeccionar un equipo de garantías.