ROSA MURIEL / ASÍ ES LA VIDA
04.08.21
Me gustaría contarte que todos tus hijos y nietos están bien, que era tu gran preocupación; que tu nieta, esa que criaste tú, es ya toda una mujer con valores increíbles, terminó su carrera universitaria y está preciosa.
Tu preocupación también era yo, por mi carácter, ese carácter que hace que me lo crea todo de todos y se me ablande el corazón por todo. A veces me acuerdo mucho de tus palabras y tus consejos cuando me decías que tuviese cuidado, que todo el mundo no es como yo y abriera los ojos, que habría personas que se aprovecharían de mi bondad y me harían daño. Y terminabas diciéndome «no seas tan ingenua, espabila».
Nunca te hice caso. Tenías razón, me ha pasado todo lo que me decías.
¡Y cómo me conocía la madre que me parió! Me fui de allí a vivir a otro lugar. No te hubiese gustado ver las situaciones que he vivido. Pero si te voy a decir que apliqué y lo sigo haciendo, esa educación, valores y respeto que me inculcaste desde niña, y sobre todas las cosas a ser fuerte como una roca.
Ahora sigo mi camino, no sé que me deparará el futuro, lo que si sé es que con mi ingenuidad, mi inocencia o quizás mi torpeza en ciertas cosas de esta vida, seguiré equivocándome y siendo como soy. Te contaría tantas y tantas cosas.. ¡Cómo me gustaría contarte!
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