Al padre que asesinó a sus hijas Anna y Olivia, le gustaba mucho el ocio nocturno y había estado involucrado en varias peleas en bares y discotecas
Sábado, 12.06.21
informaValencia.com.- El padre de las niñas Anna y Olivia, Tomás Gimeno, nació en Tenerife en el seno de una familia adinerada y de renombre, dueña de muchas tierras de cultivo. El joven, de 37 años de edad, tenía a su cargo varias empresas pertenecientes al sector de las flores y las plantas junto a su familia.
Sin embargo, su relación con sus seres más cercanos no era del todo bueno. Y es que Gimeno tenía fama de problemático en toda la isla. Tenía un gusto exacerbado por el ocio nocturno y había estado involucrado en varias peleas en bares y discotecas.
Además, fue acusado de varios robos, a pesar de ser una persona con una buena posición económica. Y también de estafa, al tratar de cobrar seguros de barcos y vehículos. A todo esto se suman varias multas de tráfico, a las que hasta ahora no se había dado más importancia.
De sus padres es muy poco lo que se conoce. Son personas muy herméticas que han evitado todo contacto con los medios de comunicación. Lo que sí se sabe es que la separación con su expareja Beatriz, la madre de las niñas, estaba siendo muy complicada. Las acusaciones de violencia por parte de Tomás eran constantes, pero nunca habían trascendido al terreno judicial.
A pesar de todo esto, nadie de su entorno esperaba este macabro desenlace. De hecho, sus amigos cercanos lo describen como un “padrazo”. Además, aseguran que era una persona “enérgica, impulsiva, muy trabajador y un poco hippie”.
Pero el especialista en Neuropsicología y Psicofarmacología, el doctor Amable Cima, apunta a «trastorno de personalidad narcisista». Por lo que se ha contado de él hasta ahora, «su personalidad podría corresponder al perfil de un psicópata, percibiendo la realidad siempre como una amenaza para él, lo que le podría habaer llevado a tener reacciones no esperadas».
Continúa la búsqueda de Anna
Sin tregua y con relevos de personal cada 6 horas, el buque ‘Ángeles Alvariño’ continúa el rastreo en busca de Anna y Tomás Gimeno. Se encuentra a unas tres millas náuticas del puerto de Santa Cruz de Tenerife. A pleno rendimiento. Trabajando en tres turnos. Así está ahora la tripulación de este barco del Instituto Español de Oceanografía que está equipado con un radar de barrido lateral y un robot marino.
Con ese robot ayer se pudo encontrar, a unos 1.000 metros de profundidad, el cuerpo de la pequeña Olivia dentro de una bolsa de deportes amarrada a un ancla. Junto a ellas se halló otra bolsa también lastrada por el ancla, aunque vacía. Se abrieron en ese momento muchos interrogantes que es necesario contestar.
¿Cómo trabajarán ahora los investigadores para reconstruir qué pudo pasar en las últimas horas de vida de Ana y Olivia ¿Cuál es el perfil psicológico de Tomás Gimeno? El portavoz de la familia Joaquín Amills afrimó que su rebuscado plan demuestra su maldad.
El cuerpo de Olivia está ya en el Instituto Anatómico Forense, en donde se le realizará la autopsia que determinará las causas de su muerte. La huella digital de la niña confirmó su identidad.
Ayer, el criminólogo Félix Ríos explicaba que «los secuestros parentales, cuando huye el progenitor, ni se lleva el teléfono, ni hace llamadas, ni va dando avisos constantemente de lo que está haciendo, en esta ocasión nos encontramos una persona que de manera desesperada le daba exactamente igual, alguien desesperado. Le traía sin cuidado lo que puediera ocurrir después».
Sobre el peril psicológico de Tomás Gimeno, el criminólogo ha explicado algo que pude haber motivado la consecución de los hechos. «Hablamos de una persona que toda la vida ha estado protegida por su familia, de una posición económica y social buena, ha sido un poco el bala perdida siempre» ha aclarado.
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