Antonio Gil-Terrón Puchades
11.06.21
Que defienda públicamente mis principios y valores no es algo que disimule; de hecho lo hago sin el menor atisbo de tibieza, ni candidez mórbida. Ahora bien, dicha defensa siempre ha sido sustentada con datos fácilmente verificables, que gustarán más o menos, pero que ahí están, para disgusto y rabieta de más de uno, de una, y de une.
Lo que no hago es recurrir al insulto y la descalificación personal como argumento para defender mi opinión, porque con eso lo único que conseguiría sería denigrarme a mí mismo, y para esa yerma labor ya hay suficientes voluntarios, voluntarias y voluntaries, como para que un servidor les haga la competencia en su compulsivo quehacer grosero, ya que en ese terreno, su terreno, siempre juegan con ventaja.
Aclarado este punto, pasó a narrar dos historias poco conocidas, debido a que -por su naturaleza- no recibieron en su momento la atención que merecían, por parte de los subvencionados y empesebrados, medios de desinformación progre.
La historia de Norma: la voz del remordimiento
El aborto en Estados Unidos, es legal desde la sentencia de la Corte Suprema en el Caso “Roe contra Wade”, de 22 de enero de 1973.
En 1973, Norma Leah McCorvey, más conocida como «Jane Roe», interpuso una demanda en los Tribunales de Justicia, que terminó llegando a la Corte Suprema, la cual dictaminó a favor de la demandante. La consecuencia inmediata de esta sentencia fue el reconocimiento del aborto como un derecho constitucional en los EE.UU. Dicha decisión obligó a modificar todas las leyes federales y estatales que proscribían o que restringían el aborto.
Tras unos años de lucha contra su conciencia, Norma Leah McCorvey entra en un proceso de conversión espiritual que deriva, el 8 de agosto de 1995, con su bautismo en la fe cristiana. Dos días después, declaró públicamente su ingreso como activista en la asociación pro vida, «Operation Rescue», así como su intención de luchar, durante el resto de su vida, hasta conseguir que el aborto fuese declarado ilegal en EE.UU.
En 1998, Norma Leah McCorvey recibe de la Iglesia Católica el Sacramento de la Confirmación que revalida su bautismo.
En 2005, Norma pide a la Corte Suprema que revisen la sentencia de 1973. Su petición fue denegada.
Tras su conversión e ingreso como activista pro vida, Norma Leah McCorvey sentenció:
«Sí, ahora soy claramente pro vida y católica cien por cien, y si una mujer me dice que va abortar le diré que hable con su corazón y con su sacerdote; después, que busque a una mujer que ya haya abortado y que le pregunte qué tal le fue».
Leah McCorvey, más conocida como «Jane Roe», falleció el 18 de febrero de 2017, Katy, Texas, Estados Unidos.
http://es.wikipedia.org/wiki/Norma_McCorvey
La historia de Mercedes: un canto a la dignidad
La otra historia que voy a contarles, nos es mucho más cercana. Se trata de Mercedes Aroz Ibáñez, Doctora en Economía, Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Barcelona, y ex profesora de Teoría Económica en la Universidad de Barcelona.
Mercedes Aroz, atea militante de la Liga Comunista Revolucionaria durante el franquismo, en 1976 se afilió al PSOE, participando activamente, en 1978, en la fundación del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), ocupando cargos – en el mismo – durante 18 años, y siendo miembro del Comité Federal del PSOE durante 16.
En el Congreso de los Diputados perteneció a las Comisiones de Economía, Comercio y Hacienda, Presupuestos, Industria, Tribunal de Cuentas y Reglamento; fue portavoz de Economía del Grupo Parlamentario Socialista (1994-1996) y Secretaria General Adjunta… etc., etc., etc.
En noviembre de 2007, Aroz anunció el abandono de su escaño de senadora debido a su conversión al catolicismo y su retirada de la política activa al finalizar la legislatura en enero de 2008. Al año siguiente, abandonó su militancia en el PSC con motivo de la ampliación de la ley del aborto.
Desde su nueva postura religiosa y ética, Mercedes Aroz rechaza – así mismo – la investigación con células madre embrionarias, al tiempo que pide que se facilite la educación religiosa en las escuelas.
Mercedes Aroz, en el momento de hacer pública su conversión, declaró: «Anuncio, con alegría, mi plena integración como miembro de la Iglesia Católica (…) Mi actual compromiso cristiano me ha llevado a discrepar con determinadas leyes del Gobierno, puesto que chocan frontalmente con la ética cristiana, como es el caso de la regulación dada a determinadas situaciones que, en conciencia, no he podido, ni querido apoyar (…) La libertad religiosa reclama el respeto y un reconocimiento positivo del hecho religioso, el cristianismo tiene mucho que decir a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, porque HAY ALGO MÁS QUE LA RAZÓN Y LA CIENCIA. A través de la fe cristiana se alcanza a comprender plenamente la propia identidad -como ser humano- y el sentido de la vida».
En esta España nuestra, ¿qué persona bien colocada, renuncia, por honestidad y principios, a cargos públicos, sueldos y prebendas? Quién y a cambio de qué… ¿De Cristo? ¡Pues a veces sucede el milagro!
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