Calvo afirma que «cada quién tiene que aceptar con arreglo a su grupo y a sus circunstancias, con criterios de igualdad, lo que le corresponda»
Viernes, 28.05.21
M.H.- Si estamos en la «España 2050» o en los indultos a los golpistas catalanes no estamos a lo que importa que es la salud de los españoles con respecto a la atención de los que se están vacunando con las primeras dosis de AstraZeneca y están pendientes de la segunda inoculación.
La ministra de sanidad Carolina Darías dice una cosa, la vicepresidenta del gobierno Carmen Calvo dice otra, la consellera de Sanidad de la Comunidad Valenciana, Ana Barceló otra diferente y afirma que si se puede elegir pero que no sabe cuando se vacunará a los que opten por la segunda dosis de Astra Zeneca.
Pero es que además, la EMA confirmó el pasado mes de abril un «posible vínculo» de AstraZeneca con los casos inusuales de coagulación sanguínea reportados en algunas personas que recibieron esta vacuna, aunque consideraba que sus beneficios siguen estando por encima del riesgo de efectos secundarios.
Para acabar de arreglarlo, os socios de la UE adoptaron soluciones diferentes. Dinamarca dejó de usarla, mientras que España, Francia, Alemania o Bélgica la limitaron a una franja de edad. La EMA estudió las tres hipótesis: inyectar una segunda dosis de otra farmacéutica, no hacerlo, o bien volver a usar AstraZeneca.
Por su parte, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) concluía que los beneficios de la vacunación con Vaxzevria (AstraZeneca) aumentan proporcionalmente con la edad y con la incidencia del virus: sobre si el riesgo de sufrir un trombo tras recibir la segunda dosis es igual o menor que con la primera, la agencia sostiene tras estudiar la comunicación de la EMA.
Ministerio de Sanidad
Para la ministra Darias, la razón de completar la pauta a las personas de menos de 60 años con Pfizer es una: evitar los poco frecuentes, pero graves, casos de trombos con trombocitopenia. Considera que el momento actual del proceso de vacunación, centrado cada vez en grupos más jóvenes, es crítico, por lo que ha llamado a las comunidades a dar un mensaje único sobre las vacunas porque, según avisa, lo contrario genera una incertidumbre que pone en peligro la campaña.
Desde el ministerio admiten que en las últimas semanas se ha producido un «gravísimo problema» de comunicación en torno a la segunda dosis de la vacuna de AstraZeneca al dar a entender que era una cuestión de elección o preferencia para los menores de 60 años.
Pero según lo decidido por la Comisión de Salud Pública la semana pasada es que a los que ya han recibido un primer pinchazo del suero anglosueco se les administre un segundo de Pfizer; un día después, el Consejo Interterritorial abrió la opción a que solo aquellos que lo rechacen, se les dé Vaxzevria (nombre comercial de AstraZeneca) bajo firma de un consentimiento informado.
La razón de completar la pauta a las personas de menos de 60 años con Pfizer es una: evitar los poco frecuentes, pero graves, casos de trombos con trombocitopenia (bajada de plaquetas) asociados a este fármaco y que en Europa se han saldado con una letalidad del 20 por ciento. En España hay 20 casos confirmados o sugerentes (de los que hay sospechas), que supone el 0,5 % por cada 100.000 dosis; de ellos, han fallecido 4 y hay un quinto en estudio.
La frecuencia de estos casos aumenta según desciende la edad: 14 episodios por millón de personas de 30 a 39 años, 12 en el tramo 40-49 años y a solo 2 en el de mayores de 60.
Dando Pfizer, argumentan las fuentes, se garantizan los beneficios sin exponer a riesgos en un momento en el que hay disponibilidad de vacunas y se evitaría una muerte por cada millón de vacunados; por supuesto que AstraZeneca es segura y eficaz, pero en este contexto en el que hay otras opciones había que poner en la balanza si se daba a personas jóvenes.
Además, no es la primera ni será la última vez en que se apuesta por pautas heterólogas combinando distintas marcas, ya que se hace para enfermedades como el ébola, el neumococo, el papiloma o el herpes zoster.
Instituto Carlos III
El estudio CombiVacs impulsado por el Instituto de Salud Carlos III que demostró la eficacia y seguridad de mezclar AstraZeneca con Pfizer fue una ayuda más en la toma de decisión; en Sanidad lamentan las críticas que ha recibido este ensayo, realizado en más de 600 voluntarios vacunados con AstraZeneca, 400 de los cuales recibieron la inyección de Pfizer.
Censura el ministerio de Sanidad que, pese al acuerdo alcanzado en el Consejo Interterritorial de la semana pasada, desde varias comunidades se esté instando a los menores de 60, casi dos millones de trabajadores esenciales que recibieron su primera dosis entre febrero y abril, a completar su inmunización con Vaxzevria.
E insiste en que el acuerdo alcanzado por el Ministerio y las comunidades hay que cumplirlo, «porque lo contrario demuestra una falta de madurez que pone en riesgo el futuro del proceso». Y recuerda que lo contrario solo hace trasladar incertidumbre a la población, que al final es la gran perjudicada, poniendo así en peligro la campaña de vacunación en un momento en el que está bajando la edad de la población a inmunizar -que tiene una percepción del riesgo menor-, y que se une con una mejora de los indicadores epidemiológicos que invitan a bajar la guardia.
Carmen Calvo
Y finalmente, la vicepresidenta primera del Gobierno Carmen Calvo que se contradice a sí misma afirmando una cosa y la contraria en las mismas declaraciones, ha asegurado este viernes que no hay posibilidad de «elegir a la carta» y que cada uno «con disciplina» tiene que recibir la que le corresponda «con arreglo a su grupo, a su tramo de edad».
En declaraciones a los periodistas, Calvo se ha referido así a las manifestaciones de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, tras la reunión de la Comisión Interterritorial de Salud en la que se acordó con las comunidades que los menores de 60 debían recibir Pfizer, y solo aquellos que lo rechazaran podrían optar al suero anglosueco mediante la firma de un consentimiento informado.
«Lo que la ministra (de Sanidad) ha querido decir es que no hay una posibilidad de elegir a la carta para ningún grupo, sino que cada quién tiene que aceptar con arreglo a su grupo y a sus circunstancias, con criterios de igualdad, lo que le corresponda, así lo estamos haciendo todos los españoles», ha recalcado la vicepresidenta.
Calvo ha lamentado que «se ha abierto una especie de idea de que se pueden elegir vacunas», tras lo que ha insistido en que «cada grupo se está vacunando con las vacunas que le corresponde y las que están poniéndose son todas seguras»
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