Rosa Muriel / ASÍ ES LA VIDA
29.03.21
Y así, tomando unas tostadas con tomate en un paseo marítimo, con el mar frente a mí, incansable en su vaivén, es como recuerdo que una vez mis pensamientos se tornaron palabras.
La armonía, la calma… Ahora que comienza un nuevo día al igual que cuando termina, como el labrador que su campo ha sembrado no se olvida de cuidarlo y vigilarlo, así de bueno sería vigilar y cuidar el corazón, el hogar de los sueños, de los motivos y deseos, y dotarlo de la necesaria medida, de la cantidad precisa, y aún abundante de paz.
La buena voluntad se aprovecha de momentos singulares, de circunstancias comunes para, arrogante, salir airosa y sin dudar imponer sentimientos, emociones y pasiones, ideas, quizás, o sólo planes…, soy tan banal como cualquiera pero la paz, la paz no se lleva muy bien con la voluntad, con la propia, con sólo la propia, no.
A pesar de la arrogancia, del orgullo, de la tozudez y la ignorancia, en lugar de la estulticia, de la bochornante, de la degradante codicia… cédanle lugar a la ira.
A la violencia nieguen el espacio y donémoslo a la quietud, al sosiego, y de ahí a la ternura, al cariño, al afecto y al amor… sí, a todo ello, y con ellos, prosperidad, concordia, felicidad.
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