Rosa Muriel / ASÍESLAVIDA
26.03.21
Hace meses un día desperté con ganas de hacer cambios, me corté el cabello, después fui a casa y seguí ordenando mis papeles, fotos y notas, tirando las cosas que no me sirven pero que guardaba quién sabe porqué, cosas de las que me costaba deshacerme pese que aparentemente no me aportaban nada. Finalmente me animé a tirarlas y pensando en ello me di cuenta que con nuestra mente y corazón nos ocurre lo mismo.
Siempre estamos guardando muchas cosas en nuestro corazón, cosas como el daño que nos hicieron, las veces que tuvimos que recoger los pedazos de nuestro corazón, motivos de las lágrimas que mojaron nuestra almohada, noches de insomnio por no poder resolver cosas pendientes, y todos los malos sentimientos que guardamos dentro de nosotros.
A lo largo de la vida acumulamos innumerables cosas innecesarias o que incluso llegan a sernos perjudiciales, cosas que no nos dejan ver la luz. Nuestra vida podría llegar a ser mejor si sacamos de ella esas cosas que acumulamos y sólo estorban. Y es cierto, me corté el cabello, hice limpieza de fotos, papeles, notas y cosas que eran inservibles ya en mi vida, para qué tenerlo…
Lo mismo me ocurrió con las personas que pasaron por mi vida que sólo me han perjudicado, di salida a todo, ya me liberé de ese pasado para que no pudiera empañar nada de lo bueno de mi presente y futuro. Y que bien me sentí después, maravillosamente bien. Fantásticamente bien.
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