MÚSICA

Tapestry cumple 50 años

Karole King en 1971. WP.
Karole King en 1971. WP.

Es la obra maestra de la cantante neoyorquina Karole King, «uno de los discos más relevantes de la historia del pop»

Madrid. viernes 19.02.21

Ana Miralles.-  Nació el 9 de febrero de 1942 en el seno de una familia judía, en Manhattan, Nueva York. Creció en Brooklyn y empezó a aprender piano cuando tenía cuatro años. Mientras estudiaba en la James Madison High School en la década de 1950, se cambió el nombre por el de Carole King y formó una banda llamada The Co-Sines. Poco después Sus inicios en el mundo de la canción fueron en 1958 cuando aún era estudiante. Conoce a Paul Simon y mas tarde a Neil Diamond, Neil Young, Gene Clark, Crosby, Stills y Nash, los Byrds, Jackson Browne, Randy Newman, Gram Parsons y a la sazón, al letrista Gerry Goffin, con el que contrajo matrimonio a los 17 años.

Sus primeros discos salen en 1959: Baby Sittin, Short-Mort o Oh! Neil, canción dedicada a Neil Sedaka, que poco antes le había dedicado a ella el tema Oh, Carol!. Su primer éxito como compositora le llegó en 1960 con Will You Love Me Tomorrow, grabada por The Shirelles. En 1969 es pianista en el disco de James Taylor, que le devuelve el favor, tocando la guitarra y cantando en los coros en las sesiones de Tapestry, el LP que la consagraría definitivamente vendiendo 15 millones de copias en todo el mundo.

Tapestry supone la sublimación de un proceso creativo que había comenzado más de una década antes, cuando una adolescente Carole King había empezado a escribir, junto al que sería su primer marido, el letrista Goffin, una parte realmente sustancial de los éxitos más importantes del pop estadounidense (y británico) de los sesenta, canciones que interpretaron y llevaron a lo más alto de las listas grupos y artistas como Bobby Vee, The Drifters, Hermans Hermitts, Dusty Springfield, The Chiffons, Righteous Brothers, Maxine Brown, The Monkeys, The Crystals, Aretha Franklin y los propios Beatles, entre otros muchos.

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Obra maestra

Tapestry tuvo un éxito enorme, un inesperado pero ciertamente rotundo fenómeno comercial. Nada más editarse se convirtió en el disco que a todo el mundo le gustaba, empezando por los críticos, siguiendo por los grupos y artistas contemporáneos y terminando por los muchos millones de personas que pasaron por caja con su copia debajo del brazo. El disco fue directo al número uno de las listas de éxitos, donde permaneció durante quince semanas consecutivas, no abandonándolas en las siguientes dos décadas, sumando hasta 300 semanas en la lista Billboard.

En la edición de los premios Grammy de 1972 logró cuatro distinciones, incluyendo las correspondientes al mejor álbum, mejor canción y mejor grabación. Además, todas las listas y selecciones de los mejores discos de la historia le hacen un hueco siempre destacado. La revista Rolling Stone, por ejemplo, lo reconocía en su revisión de los 500 mejores discos de todos los tiempos nada menos que en el número 25.

Y sí, Tapestry es, decididamente, una obra maestra indiscutible, la culminación de la trayectoria de una autora consagrada que como intérprete apenas había tenido la oportunidad de mostrar su talento, comenta Pablo Carrero en hoyesarte.com. En enero de 1971, bajo la dirección del reconocido productor Lou Adler (The Mamas and The Papas, Barry McGuire, Spirit), Carole King graba Tapestry, un álbum verdaderamente formidable que pone a su autora definitivamente en el mapa.

Todas las canciones del disco resultan fáciles de escuchar para todo tipo de públicos y todas y cada una de las canciones que contiene son absolutamente espléndidas, con un sonido tan orgánico y natural como finalmente profundo y reconfortante. Sobradísima al piano, elemento gozosamente fundamental a lo largo de todo el disco, King está excelsa también frente al micro. Porque con una voz enormemente expresiva, logra una interpretación fabulosa, siempre perfecta en el grado de intensidad que cada número requiere. Se atreve, por ejemplo, con el éxito que le había cedido unos años antes a Aretha Franklin, (You Make Me Feel Like) A Natural Woman, y obviamente, no trata precisamente de rivalizar con el vozarrón de Lady Soul, sino que conforma una versión quizá menos ambiciosa pero igualmente emocionante. También recupera el número uno que las Shirelles alcanzaron con Will You Love Me Tomorrow?, convirtiéndola en una sentida y delicada balada.

 

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