Rosa Muriel / ASÍ ES LA VIDA
17.02.21
Ella vive sola y despeinada. No se pinta los labios, ni la piel. Le gusta poco los tacones ni los bolsos, le gusta andar con deportivas desgastadas y mochilas llenas de nada. Le gusta cantar, y no sólo bajo la ducha. Le gusta comer hamburguesas de McDonald’s y chuparse los dedos. Le encanta remolonear en la cama y la adrenalina de despertarse con solo 10 minutos para vestirse y llegar a tiempo a cualquier lugar. Sudadera azul y vaqueros.
Es extraña, le gusta observar, ver a la gente pasar e imaginar sus vidas posibles. El aeropuerto es su sitio favorito porque allí pasa algo muy importante para ella, la maleta es un objeto que ama con locura. Sus lunares dibujan un mapamundi en su piel.
Es curiosa e impulsiva, mucho. Se fija en detalles para otros obsoletos, le gusta reinventarse cada día, aprender, descubrir, y sobre todo llenar de palabras todas sus libretas. Es una muchacha rara, sencilla, o eso cree. Ella «es», sin más, lo que la vida, y ella, han hecho de sí misma. Mi querida yo misma.
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