Rosa Muriel / ASÍ ES LA VIDA
17.12.20
Toda mi vida he escrito cartas para la gente que quiero pero hoy quiero escribirme una carta. He sido como cualquier persona: he sido hija, soy madre, hermana, amiga y me he preguntado qué es lo que he sido y lo que he hecho, las frustraciones que he tenido al no querer fallar y también he escuchado esa voz que me dice… «tienes que, debes de», esa voz que no me permite equivocarme.
¿En qué momento me sentí la responsable del equilibrio del universo? ¿En qué momento dejé de ser mi propio centro para convertirme por decisión propia en el centro de los demás? Parece que la misma vida me nombro la proveedora y sí, lo hice por cuenta propia para resolver los problemas de los que quiero antes que los míos.
Querida yo, hace tiempo tenía ganas de sentarme a escribirle a la persona que soy y había olvidado que era. Has puesto la energía en miles de situaciones; sé que a veces te sientes perdida, aunque nadie se de cuenta, pero no te preocupes, estás bien, o al menos eso intentas; no pierdas esa sonrisa y la capacidad de ver la vida un poco más bonita de lo que a veces es.
Has perdido personas que quieres y adoras, pero también has ganado a otras para compartir; en tu madurez has descubierto lo que realmente es el amor. Déjame darte un consejo, no te quedes demasiado tiempo quieta, estancada. La vida y el tiempo sigue; no te asustes del dolor, ni tampoco te empeñes en mantener a tu lado a las personas que se resisten a quererte porque no imaginan lo que pierden; un día aprenderás que el cambio por dentro es mucho mejor que el cambio por fuera y que vales tanto como lo que no crees que vales; tú humildad marca la diferencia, no te detengas, canta, baila, juega, sigue al corazón, se incoherente , insensata, ilógica, loca, sueña con todo lo que te apasiona, búrlate incluso de ti misma y de tus defectos, sé lo que quieras ser, pero nunca dejes de ser quien eres, ni cometas el error de no quererte porque no hay manera más perfecta que ser una misma, aceptando tus errores y valorando tus aciertos.
Has sabido gestionar desde muy joven tu vida, has llegado muy lejos con tú lucha, porque jamás has dejado de lado esos valores y dignidad con los que te educaron. Has sido muy valiente ante situaciones caóticas que iban arrasando con todo en tu vida y supiste poner punto y final con mucha dignidad y fortaleza. La vida te ha dado el tesoro más grande, tu hija, un pilar muy importante para ti, el dulce más exquisito.
Pero también se que hay días que no nos dejan pensar con claridad. Suelta todo lo que no te haga feliz, muévete, no eres un árbol, equivócate, sigue haciéndolo porque eso nos hace humanos; te has enamorado, así que sigue amando con las mismas ganas. Todo lo bueno de la vida despeina, así que no te arregles mucho, ¿vale? Y una cosa más: quiérete cada pedacito de ti.
Estoy sola, parada frente a mis problemas poniendo pausa en mi vida y he decidido escuchar la voz que me cuida, la que me ayuda, la que me quiere. Sola sin que nadie tenga que aplaudirme lo que hago bien o no hago bien. Sola en esta casa donde por primera vez yo misma me estoy dando un aplauso.
Doy las gracias a todo y todos los que forman parte de mi vida, porque de una forma u otra han contribuido a que sea como soy.
Me doy gracias a mí, porqué nunca he dejado de ser yo misma.
Con afecto, tu Rosa.
Be the first to comment on "Una carta para Rosa"