«Se debe respetar en todo momento el derecho constitucional de los padres y madres a escoger libremente el centro y el modelo educativo para sus hijos»
Martes, 17.11.20
A. Casañ.- El presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella, en el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria, defendió la relevancia de la labor de la Iglesia en el ámbito educativo; la importancia de un Pacto Educativo en España; la validez de la concertada; y el empeño de la Iglesia por una educación integral.
En declaraciones a la cadena Cope, el cardenal Omella recordó que que la Iglesia “no solo atiende a casi dos millones de familias -muchas de ellas en los enclaves más pobres y populares de nuestra sociedad-, sino que además promueve proyectos de investigación, innovación y desarrollo para el conjunto de profesores y centros del sistema educativo”.
«La Iglesia -explicó- une al servicio de la educación reglada, la acción social de una multitud de entidades de educación en el ocio y en el tiempo libre de inspiración cristiana que, fuera del horario escolar, trabajan para fomentar la equidad, la formación a menores vulnerables y el desarrollo humano e integral de cada persona».
Pacto Educativo Global
El presidente de la Conferencia Episcopal recordó la llamada del papa Francisco (15.X.2020) a todas las naciones e instituciones a participar en un Pacto Educativo Global con el fin de alcanzar un acuerdo que permita generar un cambio a nivel planetario que promueva una educación que sea creadora de fraternidad, paz y justicia. Se trata, señala el cardenal Omella, “de ponernos todos de acuerdo para fomentar un nuevo humanismo que contribuya a la formación de personas abiertas, responsables, dispuestas a encontrar tiempo para la escucha, el diálogo, la reflexión, y capaces de construir un tejido de relaciones familiares, entre generaciones y con las diversas expresiones de la sociedad civil”.
El Presidente de la CEE recordó también que la mayoría de la sociedad clama por un pacto educativo en España que sea a largo plazo y que incorpore a todas las fuerzas políticas y también a las entidades civiles y religiosas activas en el campo de la educación. “Sería conveniente -enfatizó- que de este pacto educativo pudiera concretarse una ley sólida que no sea objeto de debate con cada cambio de color político en el Gobierno”.
Trabas a la escuela concertada
“Por eso lamentamos profundamente -afirmó el cardenal Omella- todos los obstáculos y trabas que se quieren imponer a la acción de las instituciones católicas concertadas. Nuevamente insistimos que no es el momento de poner trabas, de enfrentar instituciones públicas y privadas, sino de trabajar conjuntamente, de cooperar de forma eficaz y eficiente para ofrecer una educación adecuada a todos los niños, adolescentes y jóvenes de nuestro país, respetando en todo momento el derecho constitucional de los padres y madres a escoger libremente el centro y el modelo educativo para sus hijos —en consonancia a su conciencia, identidad y tradiciones—, y asegurando siempre el derecho constitucional a la libre iniciativa privada”.
El Presidente de la CEE defendió que “siempre y cuando se actualicen correctamente y se garanticen las necesidades económicas para una buena prestación del servicio educativo, la fórmula de la concertación pública como mecanismo de financiación de la educación general sigue siendo plenamente válida y útil para que se dé la participación plural, la diversidad que enriquece a la sociedad y la implicación de la ciudadanía en la consecución del bien común”.
Además, propuso valorar otras medidas interesantes adoptadas en países de nuestro entorno europeo (como es el caso del “bono escolar”) “con el fin de garantizar los derechos constitucionalmente reconocidos a los padres y a la libre iniciativa privada.”
Omella reivindicó el hecho de que «no se debe quitar de la escuela la formación moral en valores y la clase de Religión», pues la considera importante para poner «a la persona en el centro», en línea con aquello por lo que aboga el Papa Francisco, y para «garantizar una educación integral en todas sus dimensiones -humana, relacional, psicológico-intelectual y espiritual-«.
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