Un vino erótico

Anza 2014. /Img. J.CaravacaAnza 2014. /Img. J.Caravaca

Hay vinos buenos y no tan buenos. Vinos para comer y vinos de aperitivo. Los hay para tomarlos solos y algunos a solas. Pero hay otros que nacen para beberlos haciendo el amor. Este es uno de ellos

Sábado, 07.11.20

Javier Caravaca.-  Venía guardando este vino para un momento especial. Es el primero de Dominio de Anza, en 2014, del tudelano Diego Magaña. Pensaba que envejecería con nobleza, que el autor iría ganando prestigio y que podría disfrutar de un placer exquisito en cinco años, la paciencia no da para más. La espera ha sido generosamente recompensada. Suelo catar vinos de actualidad en esta página, pero el botón que te dejo hoy no será en vano. Descubrir la evolución de los buenos vinos viejos ayuda a entender el valor de los que nacen hoy. Diego no ha dejado de elaborar esta selección de parcelas de Valtuille de Abajo, apadrinada desde el principio por Raúl Pérez, aunando el buen hacer tradicional de Rioja con el ilusionante terruño berciano, mencías y sousones de por medio, sin dejar de mirar siempre de reojo y con devoción al pequeño chatêau de Borgoña. Como debe ser. Y cada vez lo hace mejor.

Anza 2014. /Img. J. Caravaca/informaValencia.com

Anza 2014. /Img. J. Caravaca

Redescubrir ahora este 2014 es un capricho. El vino, en su conjunto, es perfecto. Se presenta como un caballero, con buena capa, sin oscuridad, pero también sin encajes ni transparencias infantiles. No tiene aspecto de mayor, sino de maduro, de hombre sobrio y elegante. Desde lejos no lo parece, pero cuando te lo acercas al cuello notas su perfume, ese aroma delicado y sutil, muy equilibrado, que apetece abrazar y no soltarse. Cuesta definirlo, pero no te cansas de intentarlo, y vuelves a abrazarlo.

Loading...

Parece frío, de monte atlántico, envuelto en humedades y en rocas cubiertas de líquenes, en agua de río y adornado con esos ramilletes de florecillas azules cuyos nombres no conoces. Pero insistes, y aparece la cálida dulzura de un beso frutal, jugoso, aderezado de postre de vainilla y pimientas de colores, esa ramita que se troncha cuando te tumbas, pícaro, en el prado con tu amante, y huele fresca y tan bien.

Te lo metes en la boca, porque no puedes evitarlo, y su medio cuerpo te llena entero, es decir, te colma con su vigor, pero te eleva por su ligereza, su exquisita acidez, su redondo equilibrio, sin aristas, como una fuga de Bach que te levanta del suelo. Entonces ya no puedes separarlo de tus labios, te mezclas con él, te desnudas y toca hacer el amor hasta la última gota. 

Solo hubo 1670 botellas de este vino. Será difícil que puedas conseguir alguna, pero puedes probar con añadas más jóvenes, seguramente no te arrepentirás. No lo tomes solo, busca una persona amable con quien compartirlo, verás qué placer. 

*NOTA: Si deseas que catemos algún vino que sea de tu interés no dudes en contactar con nosotros en [email protected] o en [email protected].

@CaravacaJavi

Be the first to comment on "Un vino erótico"

Leave a comment

Your email address will not be published.