Rosa Muriel / ASÍ ES LA VIDA
Agosto 2020
Dicen que el ser humano todos los días aprende algo nuevo ¡Ojalá eso fuera cierto!
Está claro que algunos días no aprendemos nada, y por eso volvemos a cometer los mismos errores.
Aprender es lo que nos hace crecer y ser mejores personas. He aprendido que existen personas con un serio problema a la hora de ser sinceras y que les cuesta muy poco fingir una sonrisa. Y es que ya lo decía mi madre, ni todas las sonrisas son de verdad, ni todos los te quiero son sinceros.
La verdad es que lo que duele no es la mentira, lo que de verdad duele es que no sean sinceros, duelen las palabras no dichas, las miradas de reproche y las palabras que callan. Y es que algunos golpes duelen más que otros, todo depende de quién te los de.
He aprendido que no todo lo que reluce es oro y que la confianza se debe ganar con el tiempo. Que prefiero la gente sencilla que me aporta tranquilidad y estabilidad, que tener cincuenta amigos de postureo. He aprendido que sufrimos más por lo que pensamos que por lo que suele ser y es que algunas veces damos demasiada importancia a las cosas superficiales.
Que el amor es bonito cuando es correspondido, cuando nos tomamos nuestro tiempo para conocer y que nos conozcan, cuando queremos las imperfecciones y adoramos las manías de la otra persona.
Y lo más importante que he aprendido es que debemos preocuparnos por nuestro presente, soñando con el futuro y olvidando el pasado. Y es que el tiempo todo lo cura, porque lo que hoy es un sentimiento mañana solo será un recuerdo.
Y lo que no te mata te hace mas fuerte.
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