Donoso escrutinio

Don Cipote de la Manga/archivo twitterDon Cipote de la Manga/archivo twitter

Francisco Mares / CRÍPTICO

04-07-2020 / ACTUALIZADO 05/07/2020

Con un fajo de periódicos bajo el sobaco peludo y sudado el fiel escudero se dispuso a darles mejor provecho que irse por las ramas contribuyendo a la deforestación de las frondosas hojas de los árboles  pues ya tenían bastante piromanía en su conversión en hojarasca de negociantes y especuladores sin vergüenza por parte de padrastro y madrastra y sin pensárselo dos veces levantose decidido con las primeras necesidades del día, dispuesto a frotar sus curvas con tan insigne papel couché .

Don Cipote que dormía con un ojo abierto y el otro cerrado le espetó frenándole los pies no menos decidido en su ímpetu:

-Alto, fiel amigo  pues no hay incontinencia por imperiosa que  sea que justifique el destino que van a tomar  figuras tan ilustres como llevas en tus pantanosas  axilas .

En un rinconcete cortadillo de la portada, era noticia el 40 aniversario como director de periódicos de un tal Pedro J R,, desde los 28 enchufado, y se anunciaba un reportaje  en el interior sobre la flor y la nata del periodismo actual no tan agraciada.

Ambos maleducados para la ciudadanía se sentaron antes de irse a la taza del water, a la sazón el tronco  de un olmo podrido y  centenario, y antes de empezar a pasar páginas para decidir en donoso escrutinio  las páginas que  no debían irse  a la mierda  se dieron  a tomar viento sin dudar en un fardo de golpe las relativas a la política que eran las primeras. Seguidamente la pareja bienavenida convinieron en  hojear el dossier nutrido de fotografías y datos sobre las figuras del periodismo actual que Don Cipote consideraba un atajo de gigantes y malandrines en confabulación, antes de precipitarlas a los barros de la inmundicia.

Aunque el criado apremiaba, no pudiendo aguantar más las ganas de enviar a la mierda a gentes tan ilustres, tuvo a bien en reparar en el sabio consejo de su benefactor y demoró sus urgencias apretando esfínteres sin pensar en los encantamientos con que toda aquella recua de jetas daban fe a las gentes de bien de ser los auténticos garantes de derechos y libertades.

El obediente vasallo estaba que no se aguantaba por tirar de la cadena, la rama más decaída del tronco, y de un cuajo se guardó todo lo referente a las televisiones privadas pero su amo y señor, pensando con dos cabezas a la vez, calmó  su osadía con buenos criterios:

-Ya comprendo buen amigo que tus prioridades son otras y que no estando versado además  en estas lides incurras en la precipitación pero debes saber  que entre esas  imágenes con las que pretendes aliviar los desahucios de tus posaderas está nada menos que la de la deslumbrante  belleza del siglo de oro llamada  Sandra Sabatés. Debes saber, incondicional amigo, que esta doncella de simpar inteligencia y belleza ha  mantenido el tipo en los tiempos que corren  entre tanta corruptela y desvergüenza con una prudencia digna de encomio.

Asintió el criado ante el desparrame inconmensurable de energía esgrimida por su amo y señor y sintiéndose poca cosa y  por hacerse competente en la materia, y de paso hacer la pelota, se le ocurrió intervenir de tal guisa:

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– Bien  es verdad mi amo pues  en casa nos lo pasábamos muy  bien  con la canción de la salchipapa .

Don Cipote no pudo tolerar tan desafortunada intromisión y sacando la lanza en ristre se propuso demostrar su conocimiento en la cultura de masas no incompatible con la clásica grecorromana  :

-Te has pasado de febrero a mayo pedazo de eunuco pero ya que lo quieres buen samaritano he de decirte que no le faltan virtudes a esa ya señora que es Leticia Sabater y a otros bichos raros como Támara, ahora Yurena, al incomparable Edmundo Dantés y a otros freakes como nosotros a los cuales han manteado y desmerecido hasta el ultraje, como nos pasó en la venta de esos vendidos al poder del paripé y el reality de la guerra y los trapos sucios surgidos de la perversión de la cola, la orgía y la pizza del novecento.

Sorprendióse el criado sin osar entrecortar el alma en carne viva sin viagra que se desprendía de tales palabras y desplegó las orejas de soplillo:

– Bien poco sabes incauto donde los haya, y eso te pasa por empinar tanto el codo,  que Leticia Sabater no tiene nada que ver con  Sandra Sabatés, la Eva Sannum del periodismo modélico cuyo reino no es de este mundo y menos mal que no  llegaron a relacionar tus desafueros a   Leticia Ortiz, la periodista que llegó a reinar.

Avanzándose así  Don Cipote a la asociación de ideas de su subalterno y rendido ante su amo, el criado entregó la plana sin pestañear y con  un gesto de apremio pasó a otra página esperando que su mandamás no se excediera en la plática pues los gases eran cada vez más atmosféricos.

Don Cipote dejó la iniciativa a su subordinado y se mostró concesivo hasta que no pudo más y lo paró de cuajo.

-¿No pretenderas, bellaco llevarte en buena lid a la bien parida hija  de aquel que hacía los discursos de los políticos cuando estos lo eran y los discursos también? Ay, amigo mío, como se nota que no estás puesto en estos lances pues ese progenitor fue nada menos que el inventor del puedo prometer y prometo que pronunció aquel que bebía y fumaba más que un carretero y que  por esas venialidades se la metieron por todo el morro los que  tienen mucho más de execrable.

No osó el vasallo esta vez ni siquiera levantar la mirada pues presupuso que de hacerlo no sólo se iban a ir camino del estercolero unos cuantos sino todo Cristo viviente, moribundo o decrépito y sin más objeción  siguió siendo todo orejas:

-Y ya que te vas a ir a mierda querido amigo, no todo lo es en la telebasura pues si antes se dijo que los informativos son teleheces, antes que pillaron al vuelo itálico con bula papal la idea de colocar en tal formato a tan insigne periodista que nada mal lo ha hecho, adaptándose en milésimas de segundo a las antípodas de su estilo y dignificándolo como lo hizo Mercedes Milá antes de que la retiraran del circuito  los moralistas de rigor por ser accesible a la plebe, reivindicar mearse en la ducha y otras ofensas para los jerarcas del buen gusto que enseguida le recomendaron cortarse el pelo e irse a correr para canalizar la energy haciendo senderismo o leyendo poesía japonesa al amanecer.

Quiso Don Cipote cuando se aprestaba al desayuno zanjar la cuestión dando ojete suelto a su compañero de fatigas con un dicho popular y así, aún reconociéndole que había más merecedores de librarse de tan aciago momento, le instó a ir de cagaleras en paz:

– Y no te quiero más entretener pues como dice el refrán al comer y al cagar prisa te has de dar.

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