INVESTIGACIÓN Salud

Las mascarillas FFP2 y FFP3 se pueden desinfectar y reutilizar, según un estudio tecnológico

Protocolo de desinfección de mascarillas en el hospital Xátiva-Ontinyent/AINIA
Protocolo de desinfección de mascarillas en el hospital Xátiva-Ontinyent/AINIA

Desarrollado en el centro tecnológico AINIA, en colaboración con la Fundación FISABIO y el Departamento de Salud Xàtiva-Ontinyent 

Miércoles, 24 de junio de 2020

informaValencia.com.- El centro tecnológico AINIA (Paterna), en colaboración con la Fundación FISABIO y el Departamento de Salud Xàtiva-Ontinyent de la Comunidad Valenciana, y la financiación del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE), han realizado un estudio que permite concluir que existe una forma de eliminar la contaminación microbiológica de la mascarilla sin que se vea perjudicada su capacidad filtrante.

El estudio, financiado por el IVACE, ha comprobado que un tratamiento térmico de mascarillas FFP2 introducidas en bolsas de aluminio individuales reduce al menos un 99,999% la carga biológica contaminante, sin afectar su capacidad de filtración. El objetivo del estudio es ofrecer a las autoridades y centros sanitarios una alternativa para posibles situaciones de emergencia por desabastecimiento en centros sanitarios y hospitales.

Se trata de un tratamiento térmico en autoclave a 120 grados durante 20 minutos. Según señala Andrés Pascual, Jefe de Innovación de AINIA, «mojar una mascarilla filtrante FFP2 y FFP3 puede alterar su capacidad de fijación electrostática de partículas, reduciendo significativamente su eficacia filtrante por lo que, de entrada, cabría descartar métodos de descontaminación que empleen agua o líquidos como soluciones alcohólicas, lejía o soluciones jabonosas».

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Protocolo de desinfección en AINIA/Img. AINIA
Protocolo de desinfección en AINIA/Img. AINIA

Otro motivo no menos importante para la selección del tratamiento térmico es «la disponibilidad de autoclaves en los centros hospitalarios, lo que permite aplicar el protocolo con equipos y procedimientos similares a los que ya empleamos para la esterilización de material sanitario, evitando así la adquisición de nuevos equipos», indican Ana Mesa y Rafaela Bono, supervisoras de Quirófano de los Hospitales de Ontinyent y Xàtiva respectivamente.

Para comprobar la eficacia del método de descontaminación, AINIA ha ‘infectado’ mascarillas con el microorganismo E. coli, empleado como modelo alternativo válido para estudiar tratamientos térmicos frente al SARS-Cov-2. Se ha podido determinar la eficacia de los tratamientos térmicos consiguiendo reducciones de al menos un 99,999% de E. coli. Eso sí, según el modelo y la marca de la mascarilla FFP2, la respuesta ha sido algo distinta.Tras someterlas al tratamiento térmico, las mascarillas mantenían su eficacia filtrante por encima del 95%, incluso tras tres ciclos de descontaminación.

Para evitar riesgos, las mascarillas se descontaminan dentro de bolsas de aluminio individuales. «Las bolsas de aluminio impiden el paso del vapor de agua evitando condensaciones que pudieran mojar la mascarilla y reducir su carga electrostática, y por tanto, perder eficacia filtrante. Además, el uso de una bolsa individual permite garantizar el uso unipersonal aportando mayor confianza al usuario», explica Luis Gil, investigador de AINIA.

Los resultados del estudio ya se encuentran a disposición de la Conselleria de Sanidad la Comunidad Valenciana y de todo el sector sanitario.

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