El jueves

Lastra en el Congreso/rtveLastra en el Congreso/rtve

Francisco Mares

16-04-2020

El jueves de pascua, noticia a toro pasado porque las de los muertos deben pasar pies por delante, el gobierno no pasó un control que suspendió por todo lo alto. Pasa si se es de hacer controles más que de pasarlos. La sesión de control podía facilitar los pactos de Moncloa pero el presi perdió ante 4 gatos hasta su lenguaje no verbal y la oratoria impecables. Los machacas no fueron el Nodo y pasaron del control pese a que normalmente realizan un maratón matinal de seguimiento de cualquier declaración política intrascendente.

En la sesión de control, el gobierno y la banda de hojarasca del periodismo militante de oficio y beneficio, continuaron velando por acallar críticas sin ofrecer más solución que profetizar prórrogas. Pasa si el equipo no tiene mejor solución que aguantar el temporal encerrado en el área hasta que pase.

Sánchez, contagiado de bulos y bolas, pidió licencia como si fuera la alternativa en su discurso menos torero. Fue a Rufián al que dijo en complicidad :» Hay mucho profeta del pasado. A toro pasado todos son Manolete». Y le agradeció las críticas constructivas de buena fe. Fue lo mejor, la rima de lo pasado pasado, porque el presi leía el discurso como si no supiera lo que iba a decir la página siguiente. Se doblaba sobre el papel como rematando de cabeza pasando página con desgana y rostro obnubilado. Y cuando recuperaba el porte de basket leía hasta con una mano en el bolsillo, como un modelo de pasotismo sin convicción en la lectura pero como si fuera a encestar escondiendo una mano. Más aguerrida pero por exceso de chulería torera, y sin la chupa vaquera, estuvo antes A. Lastra. Eso sí que fue liarla parda y en el Congreso, en sintonía entre política y periodismo. El rol del presi daba lástima como una desvalida y Lastra hizo de guerrero desdoblando la función de Pedro J. y C. Pardo en su programa, aunque sin maternalismo, en el antes y después de otro discurso presidencial. Lastra pidió la colaboración de la oposición dando hostias antes de que el tono decaído del presi invitara a la sumisión por pena .

Casado criticó a Lastra por aludir a su familia de médicos sibilinamente y dijo al gobierno que no insulte. Para encubrirse cara a la galería, el pívot del equipo Colorado, al dirigirse a Casado (sin lastrarse tras los azotes) intentó (tras tampoco conseguirlo dándole aire burlesco) cambiarlo de color al decirle que no se pusiera colorado (para engañarnos a todos los que no podíamos verlo más que en un recuadrito sin voz en una esquinita del otrora maratón matinal de la Secta). Y pidiendo acto seguido ayuda igualmente: pan tras las tortas. Casado, aunque no podía verse aunque hubiese sintonizado cualquier tele no pública, no dudó de sus colores y aguantando la doble sesión de azotes no perdió el control al ir a pasárselo a los que mal trataron de impedirlo, temerosos de que cayeran preguntas sin solución que no fuera de prórroga o más difíciles (precio de un café), para los que no saben encontrar el trato si no es con la letra con sangre entra. Cuestión de orgullo y altanería de alteza republicana. A Dios rogando y con el mazo dando del socialismo de abadía y sangría sin pecado concebido.

Casado respondió sin lastres dando de su propia medicina al que lo quiso sonrojar : » ¿Cuántos tienen que morir para que cambie el color de su corbata. Su intervención será recordada como una de las más ingratas por su arrogancia en una situación crítica como una pandemia. Su credibilidad era poca pero hoy ha volado todos los puentes de colaboración y acuerdo» . La caricatura de Sánchez, malparado como no antes Casado, no mantuvo el tipo ni en la silla, mirando al techo y aflojándose la corbata girando el cuello con una mueca de harakiri.

Abascal insistió en que el boss no es creíble y dijo que sólo le preocupa la imagen. No se cebó porque el presi, para acallar -esa vez ahuecando el ala-, tampoco le atacó evitando con Vox la polémica, los azotes y los colores. El orgullo de alero se pone en cuarentena ante los muertos y enterrados hasta que pasen 40 años igual que reaparece tras otros 40 de ahuecar el ala.

El tono con Abascal fue melifluo y tanto al empezar a dirigirse a él como al acabar, que parecía una pausa para proseguir dada la inmediatez, sonaron los aplausos de la bancada como los dados a Ábalos en el caso Delcy y como cuando el aficionado da respiro al equipo que no va cara al aire.

Apresuradamente el presi pasó a Echenique para recuperar el pulso del máximo rival al máximo aliado.

Loading...

El presi, disipando las dudas sobre si sabía leer, citó el Financial Times (como La Voz en Liarla Pardo el domingo anterior al control) como modelo de crítica sin ideología a España. No fue el único préstamo tomado de La Voz, pues en el discurso posterior del ‘weekend’, prolongó el tono belicista haciéndose eco de que tras la guerra viene la posguerra. Una tesis ya vista y más que oída: depresión y represión como hace un siglo.

El discurso del presidente antes del turno de réplicas, pedía a cada uno su apoyo y por ello no se entretuvo con Vox. Al PP lo despidió con los colores y le pidió el apoyo, justo después para pasar a pedir más apoyos y así fue yendo uno por uno a todos los partidos. Ante tres de los minoritarios, cabizbajo ante el papel, que ya le costaba seguir y sin mirarlos ni a ellos postrado tratando de leer, se detuvo con tres ammm.

Con el de Galicia se para dos veces al leer bostezando ammm. La 1a tras leer literalmente :»No puedo compartir con usted lo de…»  De pronto, en un cambio de ritmo propio de Cruyff, se arranca de golpe para  dar impresión de fluidez  al leer como si no supiera ni en lo que está de acuerdo. Al ciudadano Valls, tras pararse con otro ammm (el control se prolongó hasta la hora de cenar sin tiempo de café para nadie), en vez de arrancarse confiesa :»No entiendo muy bien lo que dice con lo de detalles simples».  El queda bien con cada uno para hacer ver que hay acuerdo desde las diferencias acaba con sonrisa de postín que el educado para la ciudadanía Valls devuelve entre el alucine y la conmiseración. Un  3r ammm consecutivo ya fue rascándose el pelo, en pompa  sobre el papel y arqueando cejas   incrédulamente, guiñándola como un lehendakari o un cafetero de barrio. Y al tomarse el pelo incluso suspira  al pasar páginas entre cambios de ritmo y de gestos ex abruptos al pasar de uno a otro invitado y hasta en medio del mensaje brevísimo a cada uno de ellos .

A la de Canarias se le inclina también  sobre el papel  no sabiendo ni quién es  entrebancándose con el nombre antes de dedicar dos líneas para decir en lo que coinciden. Pasando a otro en 3 segundos  cita de cortesía como si le sonara a chino para acabar cuanto antes y pasar al temido turno de réplica donde las preguntas podían ser matadoras y no de prensa. La única solución que propuso el anfitrión  a fin de cuentas fue  repetir por confirmación el anuncio de la 2a prórroga.

En la replica, A. Lastra tampoco entró apenas a cara de perr@ con Abascal y se fue a por el cachorro novensano de Casado con más virulencia. Al pasarse con Casado, Lastra, para sacarle los colores y de sus casillas otra vez sin éxito, le aumentó por mil un error para darle colorete y afrentar también a la crítica popular echando un guante al acuerdo con otra guantá de manoletina: »Hay un refrán que dice: quien tenga la lengua larga que tenga el lomo duro».

Únicamente Tve dio la sesión determinante para unos nuevos pactos de la Moncloa. Por la tarde, el maratón se pasó en el canal 24 h. T5 daba Got talent, Cuatro: Alerta cobra: Bollywood y en A3, Arguiñano cocinaba una bechamel recetando: »más leches, aquí, falta echar más leches»

Todo un día perdido en sesión maratoniana, más los días anteriores con expertos en cómo buscar y replicar bulos más que en soluciones. En La ventana de la Ser, la primera colaboracionista, justificó la no transmisión del control: »No nos merecemos esto». La crítica en su pluralidad de café y leches para todos es una forma con talante de acallar la Crítica, repartiendo culpas si benefician a unos más que a otros. El resumen como censura es otra forma de recortes. La actante lo justificó más al preferir un resumen o ficciones a seguir el directo ya en turno de réplicas.

El viernes posterior, la Sexta (que apenas conectó en directo salvo cuando el presi atacaba al PP recomponiendo el postureo e ignorando a Vox como si ni estuviera ni se le esperara), se resarció sacando una crítica de Monasterio al PP de Ayuso. A la derecha del PP le censuraban que no debe criticar al Psoe en lo que ellos adolecen (tomando nota del error de Ábalos al involucrar implícitamente a todo el Psoe por defenderse de dimitir por mentir acusando de mentir al PP al cual le costó el gobierno). El rótulo fue perenne como el directo sin voz de la sesión un día antes: » Monasterio, muy crítica con el PP». Un twiter de Monasterio pidiendo la dimisión del PP no vale de bulo ni con superlativo gratis al estilo del muy muy presidencial. Bulo contrastado sin diminutivos y hasta sin la voz fue el de Vox en el control al pedir la dimisión del gobierno.

En ‘Más vale tarde’ un varón dandy replica la de de Toledo con qué vale más hablar de los muertos diarios, en lo que normalmente evitan incidir, que de si la reunión prevista para este jueves, de la que el PP se enteró por la prensa: más vale tarde, fue comunicada antes o después. Como en el Congreso, también fuera se jugó con el antes y el después: por hablar y criticar. Como más vale tarde, antes o después, pase este resumen a toro repasado.

 

Be the first to comment on "El jueves"

Leave a comment

Your email address will not be published.