Abrir caminos

Img. Rosa Muriel

Rosa Muriel / ASÍ ES LA VIDA

21-09-2019

Siempre seré esa aguja en el pajar, tan difícil de encontrar….

Desde muy pequeña, la expresión ‘buscar una aguja en un pajar’ siempre me había parecido tremendamente agotadora. ¿Una sola aguja en todo un pajar? ¡Menuda locura encontrarla! No podía evitarlo pero cada vez que la escuchaba, me imaginaba buscando la aguja un día tras otro sin descanso mientras se escabullía por los pequeños espacios que quedaban entre cada uno de los montoncitos de paja.

Debo reconocer, además, que soy una persona que reúne dos características que juntas pueden convertir la búsqueda en una auténtica hazaña colosal. Cuando me comprometo a hacer algo, lo hago. Aunque tarde más o tarde menos, si me he comprometido, pondré todo lo que esté en mi mano para llevarlo a cabo. Y si a mi férreo compromiso le sumamos mi cabezonería, no habrá nadie que me saque del pajar hasta que encuentre la aguja, pase el tiempo que pase. Tienen que reunirse un sinfín de contratiempos para que decida tirar la toalla. Así que ya puedes imaginarte mi cara cada vez que me veía atrapada entre todos esos montones de paja imaginarios.

Un buen día, paseaba por la calle con unas amigas cuando escuché la agotadora expresión. De nuevo atrapada mentalmente en el pajar, decidí confesarles mi temor, a lo que una de ellas contestó:

– ¡Yo quemaría todo el pajar!

¿Qué? ¿Eso era posible? ¿No era trampa? ¿Se podía utilizar una técnica tan poco… laboriosa? Pues sí, ¡claro que se podía! Nadie había marcado las normas del retorcido juego de la aguja en el pajar y realmente cada uno podía encontrar la solución a su manera. Había sido yo quien, en un intento de no sé qué, me había autoimpuesto la idea de que, cuando buscaba mentalmente esa aguja, debía ir separando una a una las ramitas de paja en un trabajo cuanto más esclavizado mejor que mejor. En fin…

El fuego no sólo había quemado todo el pajar sino que me hizo pensar en la de veces que me había limitado por seguir demasiado las normas en vez de soltar mi creatividad para encontrar nuevas y mejores soluciones. Supongo que me había acostumbrado tanto a que usásemos esa expresión para referirnos a una actividad agotadora, que ya había dado por absoluta verdad que debía ser así.

Aunque es un ejemplo muy pequeñín, la manera de enfrentarnos a la búsqueda de la dichosa aguja dice mucho más de nosotros de lo que podamos imaginar. Quizás algunas personas dividan el pajar en partes para poder analizarlo detenidamente, quizás otras busquen a lo loco y sin ningún tipo de estrategia. Utilizar un imán puede ser la mejor propuesta para algunas personas (que incluso pueden llevarla al siguiente nivel con un detector de metales). Habrá quien pedirá ayuda. Habrá quien ni si quiera lo intentará. Otras personas estarán tan preocupadas por encontrar la mejor manera de buscar la aguja que nunca pasarán de las ideas o, por el contrario, ostras no se plantearán cuál es la mejor opción para ellas y seguirán el camino que les han dicho que deben seguir. Incluso alguien puede centrarse en buscar quién tiró la aguja en el pajar y, después de preguntarle por qué lo hizo, le hará reflexionar de tal manera que será el autor de dicha travesura quien se ponga manos a la obra para encontrarla.

Como ves, ¡existen muchísimas opciones! Pero casi tantas veces como propuestas pueden existir, nos limitamos y dejamos que las ideas preconcebidas nos guíen por un camino que alguien algún día en algún lugar decidió, por el motivo que fuese, que debía ser así. ¿Cuántas veces dejamos de plantearnos y replantearnos cuestiones que nos parecen que sólo pueden ser de una única manera? Seguramente, el buscador original descubrió su mejor estrategia para encontrar la aguja pero eso no implica que sea la más adecuada para todas y cada una de las personas que, por algún motivo, decidan unirse a la búsqueda.

Con el tiempo, todo cambia, evoluciona, y las ideas también deberían cambiar y evolucionar para adaptarse al momento que vivimos. Si mantenemos antiguas ideas porque siempre han estado ahí, en vez de revisarlas de vez en cuando, nos estaremos condicionando de tal manera que seguramente dejaremos pasar nuevas y mejores oportunidades. Tenemos la capacidad suficiente para encontrar originales soluciones, así que deberíamos confiar más en nosotros mismos y no autolimitarnos.

¿Cómo buscarías una aguja en un pajar?

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