Ana Lúcia
19-09-2019
Debe ser la frase que más uso en mi día.
No recuerdo los nombres, no recuerdo qué tierra era, no recuerdo los cumpleaños, no recuerdo haber devuelto lo que me prestaron … No sé … Muchas veces, «No recuerdo» cosas que importan a los que me rodean, pero por alguna extraña razón mi cerebro filtra como si no fuera importante. Es mi gran defecto y sufro tanto con él como los que me aman.
Recuerdo que amo. Recuerdo cómo me hacen sentir las miradas, recuerdo y sonrío una y otra vez, más tarde, de recordarlas. De las grandes cosas. Sé por quién daría mi vida. Lo se permanentemente.
Sé a quién quiero a mi lado y recuerdo a quién extraño. Envio mensajes de texto, llamo, me presento. Tengo esta extraña forma de estar presente, pareciendo ausente cuando no lo estoy.
Pero si recuerdo … Felices días, logros compartidos. Recuerdo tantas despedidas que dicho vida fuera. Del calor de los abrazos. De las miradas tristes. Recuerdo vívidamente cómo estos recuerdos ocuparon todo el espacio.
Recuerdo todo el espacio pero ya no sé qué fruta ya no les gusta. El plato que prefieren. Ni siquiera recuerdo el mío. De mis pequeñas cosas favoritas, no importa. Son pequeñas cosas … en comparación con lo inmenso que siento …
Recuerdo que estoy sola en este momento en una habitación que recuerdo llena de vida … llena de etapas de la vida, llena de gente que amo …
No sé si es un fallo de memoria, si la memoria no olvida …
Recuerdo el dolor, así que lo borro.
Todos tenemos nuestras defensas …
Buen día.
No olvido cuánto me gusta este primer café del día.
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