La ‘cancurdia‘

Boris Johnson, responsable de la desunión europea/Img Rtve

Vicente Torres

24-07-2109

En su columna de hoy, Raúl del Pozo utiliza esta palabra, carcundia, pero la escribe con cursiva, con lo cual ya da una pista.

Yo no la conocía, por lo que la he puesto en el buscador para saber algo de ella. He comprobado que es de uso frecuente, pero también que no suelo leer a quienes la usan, y eso ya viene a explicar por qué no la conocía.

Aunque no he profundizado en el asunto, porque la cerveza que tenía entre manos me merecía más interés, me he quedado con la impresión de que formo parte de la citada ‘cancurdia’. Yo la pongo entrecomillada.

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Y el motivo por el que creo que estoy incluido en ese club es que no siento ninguna admiración por Otegui. Sino que este individuo me da pena, y me la da porque está absolutamente volcado en el mal y se ríe de quienes se esfuerzan por hacer el bien y los amenaza y exige la impunidad. Es obvio que los adoradores de la impunidad son malas personas. No hace falta esforzarse mucho para comprender esto.

Se entiende fácilmente que si no estoy de acuerdo con Otegui, ni lo estaré mientras no se convierta en una buena persona, y eso parece imposible, tampoco lo estoy con sus compañeros etarras, ni con los simpatizantes de los etarras, ni con quienes comprenden a los etarras, ni con los que dicen que hay que pasar página. ¿Y los muertos, qué’? ¿Y los mutilados, qué? ¿Y los padres, hermanos y huérfanos, qué? ¿Y todas las consecuencias del terror, qué?

Es fácil deducir de lo anterior que tampoco puedo estar de acuerdo con Podemos, ese partido bolchevique tan parecido a Bildu. ¡Cielo Santo, la que nos espera!

Ni con los separatistas, esos seres miserables, egoístas, caprichosos y masoquistas. Están enfermos de odio y rencor a la excelencia.

Los españoles tenemos un presidente, de momento en funciones, Pedro Sánchez, que es muy posible que sea psicópata, pero aun así nos podemos dar con un canto en los dientes, porque los británicos tienen a un tal Boris.

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