Su elaboración data de principios del siglo XX y fue el primer manto solemne que llevó la imagen de la Virgen después de la persecución religiosa a partir de 1940
Valencia, sábado 22 de junio de 2019
AVAN.- La imagen principal de la Patrona, que preside el altar mayor de la Basílica, vistió este manto sin interrupción desde 1940 a 1948, cuando pasó a ser utilizado por la imagen “peregrina”, que lo llevó en sus recorridos por la ciudad y la región.
La Basílica de la Virgen presentó ayer en rueda de prensa la restauración del manto de “los cardos y quimeras” -más conocido como el “manto de los dragones”-, cuya elaboración data de principios del siglo XX y que fue el primer manto solemne que llevó la imagen de la Virgen después de la persecución religiosa a partir de 1940.
En la presentación de los trabajos participó el rector de la Basílica, Jaime Sancho, Luis Garduño y su hija Ana Garduño, del Taller Garduño de Sevilla, que ha acometido la rehabilitación, y la actual Camarera de la Virgen, Mª Dolores Alfonso; el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, se acercó al Camarín de la Virgen para contemplar el manto restaurado y mostró su satisfacción y gratitud a los artífices de este extraordinario trabajo.
El manto, de la familia Burillo, ha tenido que ser reparado porque presentaba desperfectos, como roturas y alteraciones en el color. Fue ofrecido en acción de gracias por haber sentido la protección de la Santísima Virgen durante la “difícil etapa de 1936 a 1939”, así como la capa del Niño Jesús, ha sido ahora reparado en el Taller Garduño (Creaciones Garduño S.L.), que también restauró hace años el manto de la Coronación de la Virgen de los Desamparados, del siglo XIX.
Los trabajos de restauración
Durante los trabajos de restauración ha sido cambiada la tela soporte por una nueva consistente en un tisú de plata e hilos metálicos y de colores. También ha sido reorganizada la zona central para “darle más armonía y equilibrio”, según los restauradores que destacan el “gran valor histórico y artístico del manto y de gran calidad”. Para la intervención, han dedicado más de 6.800 horas al tratarse de un proceso “complejo”, “horas de trabajo pero también de continuos rezos a la Virgen que han significado “un orgullo y honor” para el equipo, según ha expresado en la rueda de prensa Luis Miguel Garduño al que le ha acompañado su hija Ana Garduño.
En los bordados “encontramos oxidación, descamación, ennegrecimiento y suciedad de las láminas metálicas por las que se forman las hilaturas de oro, todo esto debido a las exposiciones al polvo, cambios de temperatura y humedad, y del roce del uso como cualquier manto procesional”, han explicado. Además, “en la lámina metálica de la mayoría de estas piezas se halla una especie de brillantina o resina, que parece ser utilizada en alguna intervención, un producto químico que a dificultado la restauración”.
El manto está compuesto “en abundancia por piezas con la técnica de cartulina, las cuales, muchas estaban deformadas, rotas y sin esbeltez, por lo que se han sometido a un proceso de recuperación de forma, reforzando la estructura y firmeza”. En general todas las piezas, tanto del manto de la Virgen como de la capa del Niño Jesús, “han adquirido más cuerpo, definición y estilización.
Por su parte, el rector de la Basílica de la Virgen, Jaime Sancho ha expresado su gratitud al taller Garduño por esta “magnífica restauración” y también ha agradecido la ayuda de la Corte de Honor de la Virgen que ha sufragado la intervención. Se trata de uno de los “mantos históricos de la Virgen” que destaca, principalmente, por su “diseño y dibujo”, según Sancho, que ha añadido que el manto quedará expuesto durante el mes de julio en el Camarín de la Virgen de la Basílica para que pueda ser contemplado.
Por su parte, Jaime Sancho ha recordado que el culto de la Virgen “genera un movimiento que tiene el fruto de la fe y el consuelo espiritual, y el fruto de las obras de beneficencia”, que actualmente sigue cumpliendo la Basílica. “Todo ello es motivo para aumentar el amor y respeto que merece la Virgen y el apoyo a todas las obras sociales, caritativas y de solidaridad que desde aquí se impulsan”.
La actual Camarera de la Virgen, Mª Dolores Alfonso, que ha elogiado el extraordinario trabajo del taller por su “valentía y exquisitez”. “Es una gran obra de arte” que la Corte de la Virgen, con Mª Ángeles Serrano como Camarera, impulsamos y esperábamos con “gran ilusión”.
Manto de la Coronación
Así mismo, el Manto de la Coronación, confeccionado en 1867, y otro de los “mantos históricos” de la Mare de Déu, también recibió una restauración integral en el Taller Garduño. Este manto evoca al acto de la Coronación Pontificia de la imagen en 1923, y es el que vestía en 1936 cuando la imagen llegó a la Casa Consistorial donde se guardó. Este manto fue elaborado con motivo de la celebración del II centenario de la construcción de la Basílica en 1867.
La última rehabilitación integral ha sido la realizada por Luis Miguel Garduño y ha consistido en su limpieza, la actualización de las blondas y flecos, la reposición del nuevo forro, la restauración de bordados, la reposición de lentejuelas, utilizando para el traspaso del bordado al nuevo tisú hiladuras antiguas, “todo ello desde el respeto al impresionante diseño que el manto presenta: decoraciones florales enlazadas con nervios de hojas de acanto, remates en flor que convergen en un eje central que está a su vez rematado con una guirnalda exterior con piezas en forma de S y pequeñas flores y pequeños ramilletes de flor.
Otros “mantos históricos” de la Virgen
Junto a los mantos de “los dragones” y el de la Coronación de la Virgen, la imagen de la Mare de Déu cuenta con otros dos mantos también considerados “históricos” por su valor y significado.
Así, figura el “manto del Año Mariano Universal 1954”, una “gran obra de artesanía tanto por el tejido (tisú de plata fina sobre seda natural de color azul celeste) como por el “rico bordado” en oro fino, realizado en los talleres de los hijos de Antonio Llana.
Igualmente, destaca el “manto del Capellán Mayor, don Germán Mata”. Fue ofrecido en 1915 y bordado por las Hijas de la Caridad de la Casa de Beneficencia de Valencia. Este manto ha sido llevado en varias ocasiones tanto por la imagen original como la procesional. En 1936 se salvó en los talleres de la Casa Llana, donde se estaba restaurando. Se guardó en Rocafort y en 1939 se presentó en el Ayuntamiento y lo vistió la imagen original para regresar de la Casa Consistorial de nuevo a su Real Basílica.
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