El Jamelgo-
Los inspectores han alzado la voz de alarma. Y es que el inmundo barrizal de las negociaciones parlamentarias para estructurar y dar contenido a la nueva ley de la “cosa educativa” está ampollas de indignación en todos los sectores educativos e incluso sociales.
La educación es la base del progreso de una sociedad y , como tal, debe contar con prioridad máxima en la agenda de estos señores políticos tan preocupados en los “másters” propios y tan poco en los ajenos.
Las quejas de los inspectores (a través de su sindicato Usie) no difieren mucho de las del resto del mundillo educativo:
-“Están hartos de excusas baratas y de decisiones cortoplacistas”.
-“Señalan la inoperancia de los grupos políticos para llegar a acuerdos”.
-“Recalcan la importancia de la tasa de abandono escolar (una de las más altas de Europa)”.
-“Exigen, como cada vez más sectores, que se deje el asunto en manos de expertos que estén fuera del pasteleo de los grupos políticos”.
Parece ser que los inspectores también pertenecen a la especie humana, ojalá todas estas controversias nos lleven a una ley estable, sensata, con los pies en la tierra y la vista en el cielo.
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