El Jamelgo-
Hoy en día los colegios se llenan de ordenadores y dispositivos electrónicos que se nos venden – y se venden a los padres- como si fueran la panacea y la solución a gran parte de los problemas de asimilación y desarrollo de nuestros alumnos, como si lo importante fuera la máquina y no la mano que la usa. Algo tendrá de trampa-engaño-negocio-excusa…cuando los hijos de los empleados de “La Meca de la Tecnología”: Silicon Valley (Google, Yahoo, Apple, eBay, HP…) mandan mayoritariamente a sus hijos a escuelas (privadas que cuestan un pastón) que utilizan el método Waldorf; es decir, nada de aparatitos hasta por lo menos los 13 años. Pael, lápiz, libros de texto y materiales sencillos…
Las razones que esgrimen para ello son, entre otras, que:
“Se basa en el aprendizaje a través de la actividad física y de tareas manuales y creativas. Los niños de los centros Waldorf aprenden «haciendo», ligando el conocimiento a actividades concretas que inciten su curiosidad y su felicidad por adquirir conocimientos”.
«La tecnología tiene que ver con el modo de pensar, y con cómo colaborar y comunicarse».
“Las pantallas perturban el aprendizaje al disminuir las experiencias físicas y emocionales».
“El 94% de sus alumnos acceden a la Universidad, y muchos de ellos acuden a centros de gran prestigio como Berkeley, Vassar y Oberlin”.
Podemos resumir el espíritu de este método en las declaraciones de un niño de 10 años al New York Times en las que señalo que prefería aprender a escribir sobre papel para observar su evolución, lo que sería imposible si lo hiciera a través de procesadores de texto informáticos ya que, en estos programas, «todas las letras son iguales».
Ahí lo dejamos como pincelada; que cada cual saque sus propias conclusiones.
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