LOS NIÑOS RACIONALES (I) ¿Qué define a los niños racionales, a los que la tradición griega llamaba flemáticos? Sobre todo, su capacidad para resolver problemas complejos, para teorizar, para indagar ... Es cierto que estas características pueden convertidos en retraídos y su carácter poco comunicativo puede hacer que parezcan menos cariñosos, pero son particularmente sensibles, muy tolerantes y pacientes, además de tranquilos y organizados. Los niños racionales son, de los cuatro temperamentos, los más tranquilos. Esta naturaleza equilibrada y sosegada es apreciable desde los primeros días de vida. Desde que son bebés son reservados y suelen tener menos expresiones de afecto. Comparados con los otros temperamentos pueden aparentar ser distantes o carentes de emociones. Pero, aunque sean poco expresivos, son sensibles y tolerantes. Los niños racionales son aficionados a resolver problemas, especialmente cuando se trata de sistemas complejos. Tienen un gran interés por plantas, animales, tecnología, sistemas mecánicos, incluso sistemas sociales, familiares y gubernamentales. Sea cual sea el sistema que despierta su curiosidad, buscan entender cómo funcionan las cosas. Suelen ser niños muy pragmáticos que lo analizan todo y son difíciles de convencer. Nada les enorgullece más que saberse independientes, líderes estratégicos e ingeniosos. Cuando crezcan, serán adultos tranquilos y difíciles de alterar. Confían altamente en su lógica, conocimientos y logros. Son niños que siempre están dispuestos a escuchar a cualquiera que tenga algo útil que enseñarnos
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