Pedro Hermosilla
Padres y profesores debemos dejar de utilizar ciertos recursos, que no por manidos, son menos ineficientes a la larga para la resolución de problemas complejos de comportamiento o rendimiento.
Tenemos en los “ultimatums” un claro ejemplo de ellos. Las razones pueden ser varias: que normalmente cuando lo damos estamos más cabreados que un mono y en esas condiciones difícil es acertar con la magnitud del mismo; o que, a menudo, atañen a todo un colectivo corriendo el peligro de que paguen justos por pecadores; o que corras el riesgo de tener que dar marcha atrás una vez lo has pensado fríamente y quedarte con tu noble trasero a la intemperie.
Pero siempre, siempre significa que hay un vencedor y un vencido… y se trata de convencer, no de vencer.
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