Inteligencia emocional, factor clave
«La inteligencia emocional es la que forma al orador», apunta Mónica Pérez de las Heras, directora de la Escuela Europea de Oratoria (EEO) y autora de títulos como Escribe, habla, seduce, ¿Estás comunicando? o El secreto de Obama. «Estudié a Barack Obama y descubrí a un honibre con una gran inteligencia emocional, capaz de gestionar sus emociones en cualquier circunstancia adversa de la vida para no dar jamás una mala respuesta o faltar al respeto a alguien. Eso me encantó de él. Formar oradores serenos, educados, respetuosos con su público … seductores, es el objetivo de aplicar la inteligencia emocional en la oratoria. Esa es -prosigue- nuestra marca de empresa en la EEO, solo enseñamos a hablar en público dando a la vez inteligencia emocional, ya sea en cursos para niños, adolescentes o profesionales».
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De las Heras, cuya filosofía de vida podría resumirse en la frase «Que nadie tenga el poder de robarte tu sonrisa», cree que las claves de una buena oratoria son naturalidad, humildad y corazón. «Naturalidad significa ser uno mismo. Los oradores no somos actores, ni interpretamos un papel, sino que debemos ser nosotros mismos, mejorados con las técnicas de oratoria. La humildad nos da la tranquilidad de que no podemos saber todo de ningún tema, por ello no nos creemos mejor que nadie y, por supuesto, no nos creemos mejor que nuestro público. La tercera de las claves es hablar con el corazón, con pasión, con ganas, con ilusión por transmitir. Cuando el orador se emociona con lo que cuenta, el público le sigue y se emociona también». [/mks_dropcap]
La directora de la EEO considera que educar a los niños con estas tres claves también les ayuda en otras cuestiones de su vida personal, como ser ellos mismos y estar orgullosos de serio (autoestima), no creerse más que nadie y ser capaces de expresar sus emociones en público (no somos más débiles por ello). «Recomendaría a los profesores que trabajaran en estos tres ámbitos», concluye.
(De la Revista MUFACE)
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