Mal partido. El Valencia se plantó en Ipurua con lo justo para no perder pero no hizo lo necesario para ello. En ningún momento dio la sensación de equipo grande a la que nos ha acostumbrado esta temporada y tuvo errores que nos castigaron en exceso y que transmiten la urgencia de fichar en algunos puestos.
Mal resultado. Cuando no juegas para perder pero tampoco para ganar puede ocurrir lo que nos pasó ayer. La suerte se alió con el Eibar que, con dos llegadas y dos errores defensivos de la zaga valencianista, tuvo más que suficiente para llevarse el partido. Qué le vamos a hacer, la suerte también juega y, de vez en cuando le sonríe al rival. El fútbol es así… No hay rival pequeño…
Mala reacción. Está claro que hay que poner remedio y buscar soluciones para que no se repita lo de ayer. El equipo debe dar la talla y, al menos, la cara siempre. Pero de pedir eso no se puede pasar a pedir la cabeza de los jugadores, del entrenador, del presidente; así como decir que el equipo es una ruina o que no valemos «pa ná», pues lo único que transmitimos entonces es que la afición no está con su equipo en cuanto las cosas no salen perfectas, que es una afición de pacotilla…
… Y por ahí sí que no paso. ¡Eso sí que no! Si alguien quiere bajarse del tren, que lo haga ahora, que apoye a otros colores, que disfrute y que sufra con otros jugadores, pero que nos deje a los demás en paz, con nuestras alegrías y nuestros sufrimientos.
Siempre blanc-i-negres, siempre chés, siempre va-len-cia-nis-tas.
Amunt!!!!!
Fdo. Un valencianista desinteresado
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