Pedro Hermosilla
Le llamamos la “Rutina del Aguacate” debido que con el primer alumno que la pusimos a prueba fue lo que representó. Hoy en día son múltiples las variaciones y cambios que ha sufrido, casi una por alumno. La cuestión es que el niño separe la comprensión de un texto en tres niveles:
-El primero:( lo que vendría a ser el hueso del aguacate) el niño resume el texto en un “Topic” en una idea, simple y que resuma de la manera más completa posible el espíritu de lo leído.
– El segundo:( la pulpa del aguacate) el niño va enumerando las ideas secundarias a modo de “flashes” de información.
El tercero:(la piel del aguacate) se trata de, una vez asimilada la lectura, reflejar las ideas propias sacadas de esa asimilación, las sensaciones…es el componente más activo y por lo tanto el más importante de los tres.
Una vez completados los tres niveles, se procede a decorar y convertir ese pequeño trabajo de comprensión, asimilación y producción en algo estéticamente llamativo y del gusto del pequeño, hacerlo suyo.
Nos sorprendió el resultado del nivel de asimilación de textos que tiene esta rutina, una vez lo medimos.
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