“Haced lo que yo hago…”
“Así que ustedes deben obedecerlos y hacer todo lo que les digan. Pero no hagan lo que hacen ellos, porque no practican lo que predican. Mt 23,2-3”
Tampoco en la mayoría de los casos es así.
Sigo con las aventuras y desventuras de una “panda de maravillosos preadolescentes” que aún me sorprenden con sus vidas, experiencias, actos y palabras.
Os hablo del ejemplo, del ejemplo que enseña. El ejemplo que los padres y profesores debemos dar, consciente o inconscientemente.
Pero ¿y si no funciona la fórmula de “haz lo que yo te diga, pero no hagas lo que yo hago”?
¿Y si no decimos ni mostramos lo que les educa? ¿Y si decimos, pero no mostramos? ¿Y si no decimos ni mostramos? ¿Y si lo que decimos y mostramos… no es lo correcto?
Para reflexión de los padres:
“Si a ti te pegan, pega. Ese maestro me va a oír a mí. Los libros que los compren en el colegio. Tantos deberes, tantos deberes… para qué. Con las vacaciones que tienen los maestros, ya podrían hacer más de lo que hacen. Mi hijo en mi casa se porta muy bien, no sé de qué me están hablando de su mala actitud en el colegio… Hijo, no me molestes, enciende la tele o coge la “play”.¡Maríaaaaaaaa, quieres de una vez preparar la cena que por aquí estamos hambrientos!”.
Para reflexión de los profesores:
“Qué ganas de que lleguen las vacaciones y perder de vistas a éstos. Voy a entretenerme hablando con los compañeros y así llego tarde a clase. Yo hago lo mínimo, que los aguanten en su casa…”
¿Vocación de padres?¿vocación de maestros?…. Falta de vocación.
Si la sociedad nos lo está poniendo difícil, empecemos por mejorar lo más cercano: nosotros mismos. Ellos harán lo que nosotros les mostremos.
F H Z
(Profesora y Psicóloga)
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